LA FÁBRICA: EL TALLER DE ARQUITECTURA DE RICARDO BOFILL
A principios de los años 70, el arquitecto catalán Ricardo Bofill descubrió la construcción que a la postre se convertiría en sus oficinas y residencia particular: una vieja fábrica de cemento a las afueras de Barcelona; como estaba a punto de cerrar decidió comprar el terreno con todo y sus 30 silos subterráneos, muros de concreto y salas de máquinas. Se trataba en palabras del arquitecto, de “Una ruina reestructurada y rehecha donde los espacios servían para todo”. Pero entonces, ¿qué le atrajo de un edificio sin pies ni cabeza? Simplemente su carácter surrealista: escaleras que no conducían a ningún lado, trozos de hierro que parecían colgar del aire, estructuras de ho...