¿Acero inoxidable o hierro colado?, ¿vidrio refractario o cerámica?… ¿cuál material es mejor?, ¿qué me conviene más? Seguramente te has preguntado esto al momento de elegir una batería de cocina. Pues bien, para resolver tus dudas consultamos con algunos chefs, quienes nos dijeron que todo depende de lo que se vaya a cocinar. También nos dijeron que al momento de elegir ollas y sartenes, los profesionales toman en cuenta como conducirán el calor y su durabilidad. Eso sí: como todas ofreces pros y contras, en lugar de un juego, lo ideal es contar con utensilios de diferentes materiales.
Así, tenemos que las piezas de hierro colado, como las cocottes, son ideales para preparar recetas francesas como el “coq au vin”. También son prácticas al momento de preparar sopas, caldos, arroz e incluso pan. Aquí algunas recetas que nos dio la revista Hoja Santa utilizando cocottes de Le Creuset.
El acero inoxidable también es práctico. Entre sus ventajas están que transmite bien el calor, es durable, resiste la corrosión y no reacciona a los ácidos (como el vinagre), algo que sí pasa con el aluminio. Al momento de cocinar es muy versátil. Te recomendamos los utensilios de Zwilling J.A. Henckels o WMF: la calidad alemana respalda ambas marcas. También Le Creuset cuenta con una gama de piezas en acero.
¿Y en el caso de los antiadherentes? La opción sin duda es Silit: de acero inoxidable pero con un recubrimiento de antiadherente cerámico Silargan, que además de resistente está libre de sustancias tóxicas como níquel, su superficie no porosa es antibacteriana y es muy fácil de limpiar. Son perfectas para quienes amamos cocinar… pero no somos profesionales.
Por su parte el vidrio ofrece muchas ventajas además de que transmite bien el calor, no libera sustancias tóxica, nos permite observar lo que estamos cocinando (algo importante para quienes no somos profesionales) y al final podemos usarlas para guardar los alimentos. ¿La desventajas? No son adecuadas para cocinas de inducción.