RELOJERÍA E INTERIORISMO
Los primeros relojes de salón, al menos los mecánicos (los de arena ya los utilizaban los griegos) se popularizaron en el SXVI, cuando se inventó el muelle o motor de resorte, ya en aquellas épocas, estas piezas eran auténticas obras de arte, como bien lo demuestran los que aún se conservan en los museos del Louvre, Berlín y Viena.
Por su parte, el reloj cucú se inventó hacia el SXVIII en Alemania. Desde entonces, los relojes de pared no solo son un instrumento para medir el tiempo: también son objetos decorativos que han interesado a los grandes nombres del diseño.
Tomemos por ejemplo dos de nuestras marcas favoritas. La primera, la barcelonesa Nomon, nos propone relojes de...