La Cineteca Nacional acaba de inaugurar una exposición dedicada a la obra del genial director Stanley Kubrick (1928-1999); se trata de la misma muestra que el año pasado se presentó en el museo MARCO de Monterrey. Organizada por el Deutsches Filmmuseum, la exposición busca darnos una visión completa de la obra del cineasta, a través de proyecciones de gran formato, objetos originales, guiones, maquetas, documentos personales, fotografías o vestuario, que forman parte de la colección de la familia Kubrick y de coleccionistas privados.
Sin duda se trata de una exposición que nadie debe perderse… especialmente aquellos apasionados del diseño e interiorismo. ¿Por qué? Simplemente porque las escenografías de Kubrick no solo reflejan los estilos decorativos de las décadas en las que ubica algunas de sus películas, lo que por si solas ya las convierte en documentos de consulta, sino también porque el director se vio obligado a imaginar escenarios futuristas y la manera en que lo resolvió fue colaborando con grandes diseñadores o buscando inspiración en arquitectos como Frank Lloyd Wright.
Por ejemplo, ¿sabías que el danés Arno Jacobsen diseñó el juego de cubiertos que usan los astronautas en 2001, Odisea del espacio? De hecho, en esta cinta participaron más de 30 decoradores e interioristas, quienes crearon diseños impactantes como la enigmática recámara monocromática de estilo francés o el lobby futurista que incorpora piezas de la casa Knoll como una mesa y sillas de la colección “Tulip” diseñada por Eero Saarinen.
También en Odisea encontramos mobiliario de oficina de Herman Miller como el escritorio “Action” que diseñaron Robert Propst y George Nelson. También en cintas tan disímbolas como Dr. Strangelove o El resplandor, encontramos este interés del director por el diseño de interiores.
No hace falta decir que el cine de Kubrick también ha influido a muchos interioristas, y es precisamente por esto, ¡que no debes perderte esta extraordinaria exposición!
En La Galería de la Cineteca Nacional
Av. México Coyoacán 389, col. Xoco
Abierto todos los días de 10:00 a 20:00 hrs.
Hasta mayo de 2017




La Ciudad de México vive una de sus temporadas culturales más activas, con una programación de exposiciones de arteque dialogan con la historia, la memoria y el presente. Si estás planeando un recorrido cultural durante estas vacaciones, estos museos y muestras imperdibles ofrecen una excelente manera de redescubrir la ciudad a través del arte.
En el Museo Tamayo Arte Contemporáneo se presenta Alien Queen / Paraíso Extraño, la exposición más ambiciosa hasta ahora de la artista mexicana Manuela Solano. A través de más de treinta pinturas de gran formato, Solano explora temas como identidad, memoria y cultura pop, retratando personajes reales y ficticios que marcaron las décadas de los años ochenta, noventa y dos mil. La muestra estará abierta hasta el 4 de enero de 2026.

También en el Tamayo, Futuros Arcaicos propone una reflexión sobre el pasado y el porvenir a partir de obras inspiradas en lo cósmico, lo mitológico y lo ancestral, reuniendo piezas de la colección del museo y préstamos de otros acervos.

El Museo de Arte Carrillo Gil presenta Gunther Gerzso. Algo en común con el pasado, una revisión de la obra de uno de los grandes referentes de la pintura mexicana del siglo XX. La exposición reúne más de cuarenta piezas que muestran su lenguaje pictórico y su constante diálogo entre lo moderno y lo ancestral.

Para quienes buscan una experiencia distinta, el Museo Nacional de Arte (MUNAL) ofrece Bajo el signo de Saturno. Adivinación en el arte, una exposición con más de 200 obras que exploran la astrología, el espiritismo y el simbolismo esotérico en el arte del siglo XIX a la actualidad.


Finalmente, en el Museo Palacio de Bellas Artes continúa Lilia Carrillo. Todo es sugerente, una retrospectiva que reúne más de cien obras de una de las artistas más importantes del arte mexicano moderno.

Estas vacaciones son el momento ideal para recorrer estas exposiciones, reconectar con la ciudad y dejarse inspirar por el arte en todas sus formas.
Si hay un nombre capaz de unir crítica social, elegancia visual y un sentido del humor absolutamente mexicano, es el de Abel Quezada. Considerado uno de los artistas más singulares del siglo XX, Quezada —nacido en Monterrey en 1920— transformó el dibujo, la caricatura política y la ilustración en auténtica crónica cultural. Su trazo limpio y su mirada aguda lo hicieron imprescindible en periódicos como Excélsior, Ovaciones y Novedades, además de llevarlo a colaborar con The New Yorker en los años ochenta.

Autodidacta y siempre curioso, Quezada encontró en las grandes ciudades —sobre todo Nueva York— una fuente inagotable de inspiración: calles caóticas, arquitectura vibrante, personajes diminutos y escenas cotidianas convertidas en poesía visual. Aunque su reputación se consolidó desde el periodismo, su obra pictórica revela una faceta íntima y sorprendente: colores atmosféricos, composiciones sensibles y un ojo atento a lo que define la vida urbana.

Su legado es esencial para comprender la evolución del dibujo y la caricatura en México, desde el humor político hasta la representación moderna de lo cotidiano. Sus personajes —“el tapado”, “la dama de las Lomas”, “Solovino”— forman parte de la memoria colectiva.

Por eso resulta tan relevante la exposición Memorias visuales de Abel Quezada end a galería Proyectos Monclova, una oportunidad excepcional para reencontrarse con su obra desde una perspectiva fresca y contemporánea.

Todas la imágenes: Proyectos Monclova
La muestra estará abierta hasta el 20 de diciembre; quedan pocos días para visitarla. Si te interesa el arte mexicano, el dibujo, la sátira o simplemente disfrutar del genio de un observador único, esta exposición es imprescindible.
Cuando pensamos en decorar nuestra casa, solemos concentrarnos en colores, muebles o tendencias. Sin embargo, existe un principio fundamental que puede definir por completo la armonía de una habitación: el equilibrio visual. Entenderlo —y aplicarlo— es una de las herramientas más efectivas para lograr espacios acogedores, funcionales y estéticamente sólidos.
El equilibrio visual consiste en distribuir los elementos de un ambiente de manera que ninguno “pese” demasiado. No se trata de simetría estricta, sino de crear una sensación de calma y cohesión. Para lograrlo, conviene pensar en el espacio como un conjunto de volúmenes, alturas y texturas que dialogan entre sí.
Un primer paso es observar la habitación vacía e identificar su punto focal: puede ser una ventana, una obra de arte, un sillón, una lámpara escultórica o una mesa con presencia. A partir de ahí, el resto de los objetos deben acompañar ese protagonismo sin competir con él.
También es útil jugar con equilibrios de contraste: si tienes un mueble robusto, complétalo con accesorios más ligeros; si la paleta es neutra, incorpora una pieza con color o textura para evitar la monotonía. Las alfombras, cojines, cerámicas, lámparas y arte —todas categorías presentes en Casa Palacio— son herramientas perfectas para ajustar ese balance sin grandes cambios estructurales.

Por último, recuerda que el equilibrio no significa rigidez. Un espacio bien diseñado debe sentirse natural, fluido y personal. Deja que tus piezas favoritas respiren, combínalas con intención y permítete moverlas hasta que todo encaje. A veces, una pequeña decisión puede transformar por completo la energía de tu hogar.
Visitar el Museo del Palacio de Bellas Artes siempre es un privilegio, no solo por sus exhibiciones, sino por el propio edificio: un ícono art déco y ecléctico cuya arquitectura mezcla mármoles, metales y volúmenes monumentales que cautivan desde el vestíbulo. Sus famosos murales —de Diego Rivera, Jorge González Camarena, David Alfaro Siqueiros y otros grandes— hacen que cada paso sea un viaje por la historia del arte mexicano. Pero esta temporada, hay un motivo especial para regresar: la exposición Lilia Carrillo. Todo es sugerente.

Han pasado más de cincuenta años desde el último homenaje que el MPBA dedicó a Lilia Carrillo (1930–1974), figura clave de la abstracción mexicana. Aunque su carrera fue breve, su obra marcó profundamente la pintura no figurativa del siglo XX. Lejos de etiquetas como “lírica” o “informalista”, Carrillo construyó un lenguaje propio: una reconciliación muy personal entre abstracción y sugerencias figurativas, entre lo consciente y lo intuitivo.


La muestra reúne más de cien piezas —óleos, dibujos, acrílicos, collage y litografías— acompañadas de material documental que revela su faceta como escenógrafa, vestuarista, ilustradora y voz crítica de su tiempo. Organizada en cuatro secciones, la exposición sigue su evolución desde los primeros años figurativos hasta sus obras finales, vibrantes y llenas de gestualidad. Destacan diálogos visuales con artistas europeos exiliados como Alice Rahon y Wolfgang Paalen, así como piezas donde la artista explora la naturaleza, los estados interiores y problemáticas sociales como la contaminación y el deterioro ecológico.

Imágenes: Museo del Palacio de Bellas Artes
Lilia Carrillo. Todo es sugerente es una invitación a redescubrir a una creadora imprescindible en un entorno que por sí mismo inspira. Una visita obligada antes de su cierre.
Museo del Palacio de Bellas Artes -Hasta el 8 de enero de 2026