‘Mid century for this century’: así define su estética Carezza, una firma de mobiliario que se inspira en el modernismo de los años 50, retomando principios como la funcionalidad, las líneas puraso la influencia escandinava, solo que reinterpretados para traerlos al siglo XXI, totalmente renovados. Un excelente ejemplo de su propuesta es el sillón con otomana “Stanley”.
La pieza es un homenaje a iconos del diseño como la “Eames Lounge Chair” o la, “MR Chaise Lounge”. Al igual que estas, “Stanley” está resuelto de manera sencilla, con apenas unos trazos… y sin embargo es tremendamente complejo e interesante, primero porque es un mueble muy contemporáneo, incluso futurista, aunque al mismo tiempo con posee una cualidad cálida, ya que invita a sentarse en él, sentir su suavidad y la comodidad que ofrece, como si sus creadores hubieran atrapado una nube e ideado la manera de llevarla a casa convertida en sillón. Simplemente… fascinante.
En Casa Palacio nos encanta proponer nuevas tendencias, trabajar con nuevos productos y creadores, de la misma manera que disfrutamos tener en nuestras tiendas el trabajo de grandes maestros, que, de la misma manera que tenemos la oportunidad de ofrecerlos a nuestros clientes, son piezas que forman parte de importantes colecciones de museos en todo el mundo. Un caso muy especial ocurre con Isamu Noguchi y la mesa que lleva su nombre bajo el sello de Herman Miller.
Si aún no la conoces, te invitamos a nuestras tiendas para descubrir este clásico que se comenzó a producir en 1947, cuyo diseño es tan vigente y propositivo como al inicio. Esta mesa puede ser vista como una impresionante escultura moderna, igual de duradera que estética. Cada ángulo es diferente, su base de madera maciza es una lección de equilibrio y proporción. Puedes encontrar tres acabados diferentes: nogal, fresno blanco y negro.
La historia de este escultor y diseñador japonés-estadounidense nos apasiona. Además, tuvo una gran relación con México, donde su trabajo se vio influenciado por la cultura prehispánica y la tradición artística del país. Viajó a este país en 1936, periodo en el que se sumergió en el arte muralista y la escultura monumental. De esos años quedan los murales del Mercado Abelardo Rodríguez, en el centro de la Ciudad de México, un paseo que realmente te recomendamos. Una joya oculta del arte moderno en pleno casco histórico.
Cortesía INFGM
Cortesía INFGM
Noguchi nació en Los Ángeles, pero pasó parte de su infancia en Japón, donde absorbió la cultura japonesa y nació su pasión por la cerámica. Estudió escultura en Nueva York y más adelante se fue a París, donde fue discípulo de Constantin Brancusi.
A partir de los años 40, empezó a diseñar parques con juegos para niños, es ahí donde comenzó a plasmar lo que vemos poco después en la mesa para Herman Miller: la fusión perfecta entre la forma escultural y la función cotidiana. Su estudio y el museo que lleva su nombre, del otro lado de la calle, son sitios de peregrinación en Nueva York, donde acuden miles de visitantes para apreciar sus esculturas y mobiliario.
Desde su fundación en 1923, Herman Miller ha desafiado los límites entre arte y diseño, entre lo estético y lo funcional. La visión de D.J. De Pree dio origen a una firma donde cada pieza no solo habita un espacio, sino que lo define.
El punto de inflexión llegó en 1945 con la dirección de George Nelson, quien articuló un lenguaje de modernidad junto a nombres como Charles y Ray Eames, Isamu Noguchi y Alexander Girard. De esta sinergia nacieron piezas que hoy son parte del imaginario cultural: las lámparas Bubble, la escultórica Coffee Table de Noguchi y, por supuesto, la inconfundible Eames Lounge Chair & Ottoman (1956).
Pero Herman Miller no es solo un capítulo de la historia del diseño, sino un actor clave en su evolución. Sus piezas residen en museos y colecciones privadas, pero también en hogares que entienden el diseño como una forma de vida. El énfasis de la marca en la investigación de procesos constructivos y ergonomía la hace igualmente relevante tanto en su línea para el hogar como en mobiliario de oficina, con ejemplos como su icónica Aeron. Su apuesta por la sustentabilidad y los materiales reciclables reafirma su compromiso con un futuro donde la belleza y la responsabilidad ambiental son inseparables.
Te invitamos a descubrir más sobre Herman Miller en nuestras tiendas Casa Palacio y en línea. Déjate fascinar por su mobiliario que sigue marcando el compás del diseño: preciso, atemporal y esencial.
De 1949 a 1960, el gran George Nelson diseñó una colección de relojes de pared para la firma Vitra. Cada año el diseñador lanzaba un nuevo modelo más impresionante que el anterior, eso sí: todos se convirtieron en referentes del estilo ‘mid century’. Uno de nuestros favoritos es “Flock of Butterflies”.
Todos los relojes diseñados por Nelson parten de dos observaciones de Nelson. La primera, que las personas determinamos la hora por la posición de las manecillas, lo que no hace necesarios los números. A raíz de que se popularizaron los relojes de pulsera, la gente ya no necesitaba de los de pared para saber la hora, por lo que se convirtieron en un objeto decorativo.
Vitra, es una pieza de colección. Pregunta por tu asesor de ventas por el resto de la colección.
En una capital del diseño como Milán, no es fácil que un proyecto de interiorismo sobresalga entre los cientos de propuestas que encontramos simplemente caminando por la ciudad; sin embargo, el Hotel Indigo es un espacio que logra sorprender gracias a su estilo colorido, original y divertido, es decir… ¡muy “Made in Italy”!
El hotel se ubica en un edificio histórico en la zona céntrica de Milán, muy cerca de la plaza del Duomo y la Galería Vittorio Emanuele, sin embargo, sus huéspedes suelen ser jóvenes, amantes de las tendencias; así, se ideó un interiorismo que reflejara distintos momentos artísticos de la ciudad, incluyendo desde luego su diseño contemporáneo.
El glorioso pasado de la ciudad lo proporciona el mismo edificio, mientras que la referencia a su tradición del diseño está lo mismo en piezas icónicas de grandes firmas italianas que en sencillos detalles vintage, como los teléfonos de las habitaciones. ¿El resultado? Un fascinante diálogo entre distintas épocas.
Nos llamó especialmente la atención el patio del hotel, un espacio en el que una zoología fantástica decidió instalarse para acompañar a quienes pasan la mañana o la tarde ahí. Se trata de piezas de Qeeboo que conoces bien, como “Giraffe in Love”, ”Kong” y “Sherwood”, que le dan al lugar un aire de lo más surrealista.
Nos encanta el interiorismo del Hotel Indigo y por eso quisimos compartirlo contigo. Estamos seguros que te servirá de inspiración para tus propios proyectos de ‘hospitality’. ¡No te olvides de compartirlos con nosotros!