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“México contemporáneo”: este es el concepto detrás de la mesa que montaron en Casa Palacio Santa Fe los hermanos Lula y Nicolás Martín del Campo, chefs y empresarios que todos conocemos bien. “Es nuestra cultura ancestral, pero que evoluciona, que llega a la modernidad”, nos explicó Lula.
Para este montaje, los hermanos eligieron piezas elaboradas en materiales muy mexicanos como la plata o la piedra recinto, pero de diseño contemporáneo. El puente entre pasado, presente y futuro es el chile, fruto que en esta mesa nos sorprende como un inesperado elemento decorativo.
La elección de las piezas fue cuidadosa; la intención era celebrar lo mexicano, así, los hermanos se decidieron por objetos de factura nacional: la espectacular salsera, el frutero y el tortillero convertido en objeto del deseo son de Talleres de los Ballesteros; el florero de piedra volcánica de Ayres y las copas negras de la firma Atlawa.
Pero como señala Nico, el México de hoy es global, así que los hermanos no dudaron en incluir la vajilla Balcon Du Guadalquivir de Hermès o cubertería de WMF.
Todo lo anterior dio por resultado una mesa que nos invita a sentirnos orgullosos de ser mexicanos. Pero, ¿qué le falta? Sin duda, unos chiles en nogada, como los que prepara Lula en Cascabel . ¡Ya están listos para que los ordenes y los lleves a casa!
En Estambul, Europa y Asia se encuentran, y es que ahí, a los continentes apenas lo separa el estrecho del Bósforo. Es por esto que en esta ciudad, el encanto y sofisticación europeos, se mezclan con el misterio de oriente. Algo parecido sucede con las vajillas de la firma Les Ottomans: se trata de colecciones, en las que dos visiones del mundo se encuentran. No podía ser de otra manera y es que la inspiración de su creador, el italiano Bertrando di Renzo, es precisamente Turquía.
Antes de desarrollar su marca, Bertrando viajó hasta el último rincón de Turquía, dejándose influenciar por sus formas y colores, mismos que logró capturar en platos, tazas y charolas. El resultado son colecciones con un aire exótico, que parecen salidas de un cuento de “Las mil y una noches”.
De las vajillas de Les Ottomans también hay que decir que están pintadas a mano, lo que hace de cada plato o taza, una pieza única. También que son muy coloridas y definitivamente maximalistas, lo que se traduce en mesas vibrantes, puestas para contarnos una historia.
La buena noticia es que las hermosas vajillas de Les Ottomans ya son parte de la selección de Mesa Fina de Casa Palacio. Ven y conócelas; te prometemos que serán toda una sorpresa.
La belleza e historia de la Ciudad Luz capturadas en una vajilla; se trata de “Tout Paris”, un diseño de la firma Bernardaud, que nos invita a recorrer la capital francesa para descubrir sus construcciones y monumentos más icónicos… sin siquiera levantarnos de la mesa.
Todo los elementos de “Tout Paris” la hacen una colección encantadora: desde la elección de espacios como Notre-Dame, la Ópera o Montmartre, hasta la delicadeza con los que fueron pintados sobre la porcelana de Limoges, pasando por la atinada elección de colores.
Definitivamente, “Tout Paris” lleva a la mesa recuerdos inolvidables de nuestros viajes a la ciudad más romántica del mundo, y la promesa de una próxima visita. No solo eso: así como París ha inspirado a los artistas por siglos, seguramente esta vajilla será tu punto de partida de espectaculares para los más espectaculares montajes de mesa. Pregunta por ella en el área de Mesa Fina de Casa Palacio.
Los diseños más sencillos en ocasiones son los más sorprendentes. Este es el caso de las mesas “Atlantis”, creadas por Lorenzo Arosio para la firma Glas Italia. Se trata de dos piezas, una versión de comedor y otra de centro, resueltas de la manera más simple… y justo en eso radica su genialidad.
El diseño de las mesas “Atlantis” quizás sea el más básico: un tablero y patas, de líneas rectas, sin mayores complicaciones o adornos de más. ¿La sorpresa? Están elaboradas en cristal, pero el cómo están unidas las láminas es un misterio. Lo importante es el resultado: una pieza etérea; una suerte de presencia invisible en el ambiente.
Pero el diseño resiste una vuelta de tuerca, y así Arosio lo propone también en vidrio opaco, volviéndola una mesa contundente. Desde luego, cualquiera de sus versiones son un deleite a la vista. ¿Ya tuviste oportunidad de conocerlas?
Flora y fauna tropical, arte y surrealismo, así es el universo de la firma colombiana Muzaluci. ¿Su propuesta? Sueños que se transforman en textiles que son auténticas obras de arte… ¡pero no para colgarse en un museo! Son para ser usadas en el día a día, ya sea en la forma de un blazer, un cojín o un mantel.
Eso sí, Muzaluci no es para los tímidos, sino para aquellos que “se arriesgan”, al menos esto nos dijo Silvia Ramírez, la mente creativa detrás de este mundo onírico y con quien tuvimos la oportunidad de platicar.
Lo primero que Silvia nos contó fue de dónde viene el nombre de Muzaluci: “Es la unión de dos palabras: museo y alucinaciones”. Esta enigmática palabra encierra todo un concepto, en el que arte y naturaleza, se encuentran con lo psicodélico. “Nos encanta tomar elementos de la flora y fauna para crear seres que no existen”. Los encuentros imposibles también son el sello de la casa: “En un solo estampado, como ‘Mar del cielo’, conviven un leopardo, un caballito de mar, plátanos y mariposas, todos en un mundo fantástico”.
Algo que llama la atención es que cuando se piensa en “diseño latinoamericano”, lo étnico enseguida viene a la mente. No es el caso de Muzaluci. Por el contrario, la marca, con todo su barroquismo, nos remite a los gabinetes de curiosidades del siglo XVIII. Silvia lo explica: “La marca tiene tres componentes muy importantes, lo ‘vintage’ –tengo una fascinación por lo antiguo, por el baúl de la abuela–, la parte botánica y el surrealismo”.
Pero, ¿y la inspiración?, ¿dónde está Colombia en esta propuesta? “Tengo la fortuna de haber nacido en un país muy rico en fauna y flora. Esto suma e inspira. Colombia está presente, por ejemplo, en los estampados de loros y otras aves del trópico o en la colección que dedicamos puntualmente a las orquídeas colombianas”.
Sin duda lo más fascinante de Muzaluci es que es una marca única para gente única. “No es solo para hombres, solo para mujeres o solo para jóvenes… es para todos”. Muy bien, pero, ¿cómo llevar estos estampados maximalistas a la vida diaria? “Dejándote llevar”, nos dice Silvia. “Quien compra Muzaluci es porque se enamora de la firma y simplemente se deja llevar por ella”.
Una marca tan fascinante tenía que ser parte de la selección de Casa Palacio. De sus textiles, ya puedes encontrar en nuestras tiendas sus manteles, servilletas y caminos de mesa. Sobre por qué elegirlos, Silvia nos recuerda: “Muzaluci es arte y una mesa se puede volver una obra de arte, ya que quien la monta se desenvuelve como un artista”.
Nosotros estamos de acuerdo con Silvia Ramírez y por eso te invitamos a sentar a la mesa, el surrealista universo de Muzaluci.