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El diseño francés debe mucho a la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas, un centro donde la vanguardia se encuentra con la tradición. Te presentamos a uno de sus egresados.
Del mítico Roger Tallon (sí, el mismo que diseñó los primeros trenes del metro del DF), a Philippe Starck, pasando por Ronan y Erwan Bouroullec, los diseñadores industriales franceses se distinguen por sus propuestas audaces y vanguardistas, pero en las que el savoir faire galo siempre está presente.
En gran medida, las propuestas contemporáneas del diseño francés son producto de sus grandes escuelas de diseño. Por ejemplo: la Ecole Nationale Supérieure des Arts Décoratifs, desde 1767 desarrolla los oficios relativos a las artes decorativas, es decir, los antecedentes del diseño industrial; de hecho, fue en los años 60 del SXX cuando la escuela instaura la cátedra de “estética industrial”, misma que marcó a varias generaciones de creadores franceses.
Y es precisamente de esta escuela que Éric Carrère se graduó en 1987. Se trata de un creador que se ha dedicado principalmente al diseño de mobiliario y accesorios. Su primer trabajo importante fue con la firma de muebles para exterior Allibert, para quien diseñó en 1988 un mobiliario práctico, de líneas sencillas, pero tremendamente elegantes. A finales de los 80 se incorporó a la agencia de diseño Avant Première, donde su talento creativo lo llevó a desarrollar el interiorismo de los trenes franceses SNCF.
Sin embargo, tras dejar Avant Première y convertirse en free lance, retoma su interés por los muebles y accesorios de exterior. En 1996 comienza a colaborar con la marca de mobiliario Sifas, la cual le presentó un reto: desarrollar colecciones de mobiliario prácticas, resistentes, de gran diseño y que además retomaran el estilo clásico de la Riviera Francesa. Carrere realizó entonces la línea Croisette, a la que siguieron Oskar y Ec-Inoks.
La colección más reciente de Carrère para Sifas se llama Komfy. Consiste en una sala que se puede modular de mil maneras para crear espacios personalizados. La propuesta del diseñador es que a partir de cinco elementos base se pueda formar un sofá recto, un sillón clásico, un esquinero, una banqueta, una chaise-longue o una tumbona. La imaginación del usuario es el límite. Y cuando un creador brinda esta libertad a los usuarios potenciales de sus productos… estamos hablando simplemente de un gran diseñador industrial.
En una capital del diseño como Milán, no es fácil que un proyecto de interiorismo sobresalga entre los cientos de propuestas que encontramos simplemente caminando por la ciudad; sin embargo, el Hotel Indigo es un espacio que logra sorprender gracias a su estilo colorido, original y divertido, es decir… ¡muy “Made in Italy”!
El hotel se ubica en un edificio histórico en la zona céntrica de Milán, muy cerca de la plaza del Duomo y la Galería Vittorio Emanuele, sin embargo, sus huéspedes suelen ser jóvenes, amantes de las tendencias; así, se ideó un interiorismo que reflejara distintos momentos artísticos de la ciudad, incluyendo desde luego su diseño contemporáneo.
El glorioso pasado de la ciudad lo proporciona el mismo edificio, mientras que la referencia a su tradición del diseño está lo mismo en piezas icónicas de grandes firmas italianas que en sencillos detalles vintage, como los teléfonos de las habitaciones. ¿El resultado? Un fascinante diálogo entre distintas épocas.
Nos llamó especialmente la atención el patio del hotel, un espacio en el que una zoología fantástica decidió instalarse para acompañar a quienes pasan la mañana o la tarde ahí. Se trata de piezas de Qeeboo que conoces bien, como “Giraffe in Love”, ”Kong” y “Sherwood”, que le dan al lugar un aire de lo más surrealista.
Nos encanta el interiorismo del Hotel Indigo y por eso quisimos compartirlo contigo. Estamos seguros que te servirá de inspiración para tus propios proyectos de ‘hospitality’. ¡No te olvides de compartirlos con nosotros!
El ratón más famoso del mundo se pinta de vibrantes colores para convertirse en “Micky Cosmic”; Snoopy se vuelve parte de la realeza: lo confirma la corona que lleva puesta y Hello Kitty se congela en el tiempo con una de sus poses más tiernas. Hablamos de las esculturas de la firma Leblon Delienne inspiradas en los grandes íconos la cultura pop. Se trata de piezas en las que el diseño, arte y coleccionismo se encuentran. Te presentamos algunas de nuestras favoritas.
SNOOPY CROWN
El mejor amigo de Charly Brown ha sido astronauta, piloto de un avión de guerra en la II Guerra, escritor y ahora, Leblon Delienne decidió ponerle una corona dorada y convertirlo en miembro de la aristocracia. Esta figura es parte de las variadas representaciones que la firma ha hecho del personaje creado por Schulz en 1950.
HELLO KITTY DRESS & HELLO KITTY APPLE
Sin duda se trata de una de las grandes protagonistas de la cultura popular, además de un hito del diseño, la creación de personajes y desde luego un referente de Japón, aunque hoy en día es un ícono universal. Se trata de Hello Kitty, la gatita creada por la ilustradora Yuko Shimuza en 1974. Leblon Delienne nos propone dos figuras, ambas igual de tiernas, y que son obligadas para los coleccionistas.
MICKEY WITH LOVE
Leblon Delienne suele invitar a artistas y diseñadores a colaborar con ellos en la intervención de piezas. Este es el caso de la diseñadora británica Kelly Hoppen, quien reinventa a Mickey Mouse con una versión cromada, lo que nos habla del brillo eterno del personaje. Como todas las figuras de la firma francesa, es una edición limitada.
Los anteriores son tan solo algunos de los personajes que Leblon Delienne nos ofrece reinterpretados por grandes nombres del diseño contemporáneo. ¿Lo mejor? Al igual que en galerías de París, Düsseldorf o Seúl, una selección de esculturas de la firma ya está disponible en Casa Palacio. Búscalos cuando visites la tienda.
Aún se siente el espíritu olímpico en el ambiente, así que sigamos celebrando al deporte, ¿y qué mejor que hacerlo con un libro dedicado a una marca que es sinónimo de torneos, competencias y esfuerzo? No solo eso: también es todo un referente del diseño del siglo XX. Se trata de la firma adidas, y su historia, nos la cuenta la editorial Taschen.
Aunque de manera oficial la historia de la firma alemana adidas arranca en 1949, sus antecedentes están en los años 20, cuando la empresa de una familia de apellido Dassler confeccionaba además de zapatos y pantuflas, el calzado con clavos para deportistas que diseñaba Adolf “Adi” Dassler. Sus modelos fueron usados por el equipo alemán de atletismo, pero más importante, por el velocista estadounidense Jesse Owens, ganador de cuatro medallas en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936.
Tras la guerra, el negocio de Ari prosperó… y el resto es historia: de Lionel Messi, hasta Run DMC e incluso Madonna, no hay personalidades del deporte y la música que no hayan usado un par de tenis adidas. También los simples mortales solemos tener al menos un par, y los valoramos especialmente si son de edición limitada.
Pero otra razón para sumar este libro a nuestra colección es que sus autores nos cuentan la historia de la marca a través de más de 200 modelos de tenis, lo que lo hace un objeto indispensable tanto para los fans de los ‘sneakers’, como para los interesados en la cultura del diseño. ¿Ya tuviste la oportunidad de hojear “The Adidas Archive”? No dejes de hacerlo cuando visites la biblioteca de Casa Palacio. ¡Te va a fascinar!
“Taraxacum” es el nombre en latín del diente de león, la flor que inspiró una de las grandes creaciones de Achille Castiglioni. No se trata solo de una lámpara, sino de un diseño icónico de los Años 60. Como todas las grandes ideas, esta pieza puede reinventarse y así, casi 30 años después de su lanzamiento, Castiglioni presentó una nueva versión: “Taraxacum 88”.
Sobre “Taraxacum 88”, Achille explicó: “La idea para esta lámpara surgió del deseo de crear una luminaria que sustituyese a las clásicas lámparas de araña con multitud de bombillas, como las de cristal de Murano, la holandesa de latón o la de cristal de Bohemia”.
Esta luminaria es una estructura formada por cinco triángulos de aluminio prensado y pulido, sobre la que se colocaron múltiples bombillas. El resultado es una lámpara que cumple con su función de iluminar, al mismo tiempo que se convierte en un elemento decorativo. ¡Una suerte de escultura colgante que jamás pasa desapercibida!
La genialidad de “Taraxacum 88” está en su versatilidad y es que lo mismo puede ser parte de un proyecto residencial, que ser parte de espacios comerciales.
“Taraxacum 88” es una de esas piezas obligadas para quienes buscan diseño de colección. Para apreciarla en su justa dimensión, tienes que observarla en vivo. Pregunta por ella cuando visites Casa Palacio. Por cierto, es de Flos, lo que garantiza la calidad de su manufactura.