Como bien dice la inglesa Janis Robinson, considerada la más influyente sommelier del mundo: “La champaña es el máximo lujo de los amantes del vino”; tiene razón: esta bebida no es solo para momentos especiales…. hace especial cualquier momento. Estos días de celebración son el pretexto ideal para descorchar algunas botellas, por ejemplo, nosotros pensamos celebrar los primeros 10 años de Casa Palacio brindando con champaña y seguramente tu tienes ya listas varias botellas para los festejos de fin de año, por eso queremos decirte cuál es la manera correcta de enfriarla, puesto que para apreciar la complejidad de esta bebida, el proceso de enfriamiento es importantísimo.
– La champaña se bebe fría, no helada. Una champaña joven se sirve a 8º y una más madura a 10º.
– No guardes botellas de champaña en el refrigerador: sus aromas y sabores se pueden “adormecer”. ¿No tienes una cava en casa? No te preocupes, basta un lugar fresco y oscuro.
– Acelerar el enfriamiento metiendo la champaña al congelador es una pésima idea: se puede arruinar.
– Hay que enfriar cada botella antes de consumirla. Comienza colocándola en el refrigerador cuatro horas antes de servirla. Llegado el momento de brindar, sácala y prepara la hielera siguiendo los pasos que te damos a continuación:
– Coloca el hielo en la hielera hasta cubrir un tercio de la botella. Agrega agua hasta cubrir otro tercio. El tercio superior de la botella debe quedar fuera. Deja enfriar por 20 minutos y descorcha.
– La champaña se descorcha girando en ambos sentidos el corcho para que salga libremente. No sueltes el corcho ni lo empujes con el dedo para que salga disparado: además de que puedes lastimar a alguien, ¡vas a desperdiciar líquido!
– Sirve en una copa tipo flauta, pero no la llenes para que la bebida no pierda su frescura.