“Los pintores parecían tener problemas conmigo”, declaró alguna vez el artista alemán Mathias Göeritz (Polonia, 1915 – Ciudad de México, 1990) al hablar sobre su vida en el México de los años 50; “preferían que me fuera. Me veían como un energúmeno que había osado traer a México un arte universal, un arte internacional, cosa que estaba prácticamente prohibida entre los artistas de aquí. Me acusaban de querer introducir ideas perversas”. El tiempo demostraría que la influencia de Göeritz sería fundamental para que nuestro país se abriera a la modernidad, al menos en el mundo del arte: Las Torres de Satélite, el impulso a la creación del Espacio Escultórico de C.U. y la Ruta de la Amistad o el diseño del Museo El Eco, obra fundamental del arte moderno mexicano, forman parte de su legado.
Este año se celebra el centenario del nacimiento del artista, y para festejarlo, se presenta en nuestra ciudad, tras su paso por el Museo Reina Sofía de Madrid, la exposición El retorno de la serpiente. Mathias Göeritz y la invención de la arquitectura emocional.
Se trata de una gran muestra que gira en torno a uno de los conceptos filosóficos de Göeritz: el manifiesto de la arquitectura emocional, que publicó en 1954 y trató del fundamento teórico y estético de su trabajo, pues siempre buscó crear espacios, obras y objetos que apelaran a la máxima emoción en el espectador.
La muestra consta de más de 200 obras, pero además de piezas emblemáticas como la famosa “Serpiente del Eco”. Los curadores decidieron incluir también obras de artistas que lo influyeron –o de quienes fue amigo– como Alexander Calder, Lucio Fontana, Yves Klein, Kati Horna, Joan Miró y Germán Cueto.
Sin duda se trata de una exposición imperdible, que nos invita a descubrir cómo fueron esos primeros pasos de la plástica moderna mexicana.
El retorno de la serpiente: Mathias Göeritz y la invención de la arquitectura emocional
Hasta septiembre de 2015
Palacio de Cultura Banamex – Palacio de Iturbide
Madero 17. Centro Histórico
De lunes a domingo, de 10:00 a 19:00 hrs.
Entrada libre
En la 19ª Bienal de Arquitectura de Venecia, México presenta Chinampa Veneta, una propuesta que traza un puente simbólico y material entre dos ciudades anfibias: Xochimilco y Venecia. Inspirado en las chinampas —sistemas agrícolas mesoamericanos construidos sobre cuerpos de agua— el proyecto rescata saberes ancestrales para imaginar futuros sostenibles y colectivos.
La propuesta fue desarrollada por un equipo multidisciplinario, diferentes estudios de diseño bajo el nombre Colectivo Chinampa Veneta, compuesto por: Estudio Ignacio Urquiza y Ana Paula de Alba, Estudio María Marín de Buen, ILWT, Locus, Lucio Usobiaga Hegewisch y Nathalia Muguet, así como Pedro y Juana. Y la curaduría de José María Bilbao Rodríguez. Instalada en el Arsenale, la intervención no replica una chinampa, sino que reinterpreta su lógica: modular, flotante, comunal y regenerativa. En un contexto como el veneciano —donde el agua también lo es todo— la analogía se vuelve urgente y potente.
Venice Documentation Project
El proyecto dialoga también con la memoria de otro gesto flotante: el Teatro del Mundo de Aldo Rossi, aquella estructura efímera que navegó por la laguna en 1980 durante la primera Bienal de Arquitectura. Como Rossi, Chinampa Veneta entiende a Venecia no solo como ciudad, sino como escenario. Pero en lugar de invocar el teatro clásico, México propone una arquitectura viva, conectada con la tierra y con las comunidades.
Colectivo Chinampa Veneta
Así, Chinampa Veneta no solo representa a México: propone una forma distinta de hacer arquitectura. Una que no separa arte, paisaje y vida, sino que los entrelaza para resistir y florecer, flotando entre canales, lirios y memorias compartidas.
Colectivo Chinampa Veneta
La bienal de Venecia de arquitectura, así como Chinampa Veneta, se lleva a cabo del 10 de mayo al 23 de noviembre de 2025. Sin duda una cita imperdible para los amantes del diseño.
Ubicado en la interesantísima colona San Rafael, el Museo Experimental el Eco es uno de los espacios culturales más singulares del país. Fue concebido en 1953 por el artista y arquitecto Mathias Goeritz como un manifiesto de su teoría de la “arquitectura emocional”, en colaboración con el entonces joven arquitecto Luis Barragán. Su objetivo: crear un espacio que provocara emociones, lejos de las normas del funcionalismo moderno.
Más que un museo, el Eco es una escultura habitable. Su diseño irregular, muros inclinados y patios inesperados rompen con cualquier noción convencional del espacio expositivo. Incluso la emblemática jacaranda en el exterior exterior —que en estos momentos esta en flor— se integra como parte esencial del recorrido sensorial que propone el lugar.
Goeritz, figura clave del arte moderno en México, dejó un legado que va más allá de el Eco. Sus vitrales en la Catedral Metropolitana, la Ruta de la Amistad, las torres de Satélite en colaboración con Barragán, o la famosa Serpiente de el Eco son prueba de su profunda conexión entre arte, entorno y espiritualidad. Su pensamiento y obra —profundamente estética, espiritual y libre— han sido una fuente constante de inspiración para Casa Palacio, en donde también entendemos el diseño como una experiencia emocional.
En esta Semana Santa, te invitamos a redescubrir uno de los lugares más visionarios de la ciudad. Una visita a el Eco no es solo un paseo por un museo: es una inmersión en un espacio donde el arte, la arquitectura y la emoción convergen.
Museo experimental el Eco, Sullivan 43, Col. San Rafael,
Ciudad de Mexico, CP 06470
En Casa Palacio nos encantan los libros. No solo son una fuente de consulta de nuestros temas favoritos, sino que también nos cultivan, nos hacen descubrir nuevos mundos y nos hacen pasar grandes ratos. Además de todo, son bonitos. Desde hace más de una década se habla del fin del libro impreso debido a las publicaciones electrónicas, pero la realidad es que nada sustituye al tacto de un buen papel, a una edición cuidada, al olor a tinta. Por eso, nos importa mucho nuestra sección de libros, que, además de tocar nuestros temas favoritos, tiene un gran diseño, convirtiéndose en el mejor acento en cualquier espacio de la casa.
A continuación, te presentamos una selección de nuestros libros favoritos del momento, sin importar el tema:
Case Study Houses – Las obras maestras de la arquitectura moderna americana retratadas por el gran fotógrafo Julius Schulman. Editorial Taschen.
The Big Book of Chic – La biblia del interiorismo excéntrico (y estupendamente bien logrado), el mundo de Miles Redd retratado con fotografías de Richard Avedon e ilustraciones de René Gruau. Editorial Assouline.
Nielsen, 1001 Nights – Una lujosa publicación ilustrada por Kay Nielsen de esta joya de la literatura. Editorial Taschen.
Astrología. La Biblioteca de Esoterismo – Gran estudio de Andrea Richards sobre el estudio de los cuerpos celestes a través de distintas culturas a lo largo del tiempo. Editorial Taschen.
The Complete Collection of Antiquities from the Cabinet of Sir William Hamilton – Un verdadero gabinete de curiosidades maravillosamente documentado. Imperdible. Editorial Taschen.
Roy Lichtenstein: The Impossible – Para los amantes de este maestro del arte pop, esta es una publicación imprescindible. El gran archivo que se presenta es el resultado de un gran esfuerzo de historiadores del arte, museos y galerías. Editorial Assouline.
Resulta imposible no pensar en Michael Graves cuando se habla de arquitectura posmoderna. Miembro del grupo Memphis y gran exponente del maximalismo, este arquitecto supo combinar magistralmente en sus obras elementos neoclásicos, materiales nobles como el mármol y el acero, y el uso de geometrías básicas con una inusual paleta de colores. Entre sus obras más memorables destacan el edificio Portland o el edificio para Disney Company, famoso por su gran frontón sujeto por siete enormes columnas con la forma de los siete enanos de Blanca Nieves. Definitivamente, Graves tenía un gran sentido del humor.
Edificio Team Disney en Burbank, California, 1991
Edificio Portland, Oregon, 1982
Además de sus grandes edificios, Graves también diseñó objetos de igual relevancia, que mantienen el mismo universo estético que su arquitectura. En 1985, creó para la casa italiana Alessi una tetera de acero inoxidable con una colorida agarradera, que hace juego con un silbato en forma de pájaro que nos avisa una vez que el agua hierve. Este clásico moderno forma parte de las principales colecciones de diseño en los grandes museos del mundo. Afortunadamente, Alessi no ha dejado de producir esta tetera ni los otros diseños de Graves, que puedes encontrar en Casa Palacio.