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Todos amamos Acapulco: el puerto está ligado a nuestros mejores recuerdos y queremos que este recupere su cara más amable. Pensando en esto, y en un esfuerzo porque no nos olvidemos del destino turístico más famoso de México, la editorial Travesías Media editó el libro “Acuérdate de Acapulco”, coordinado por Guadalupe Loaeza; se trata de un homenaje a través de imágenes y textos con sus momento más glamorosos, en las décadas de los 40 y 60. El libro, además de contar la historia del puerto, también es una interesante guía que bien vale la pena conocer. Con el permiso de la editorial, reproduciremos algunos fragmentos. Aquí el primero:
“Vamos a acordarnos de Acapulco: de la Nao de la China que llegaba, año con año, cargada de marfiles, porcelanas y muchas telas bordadas como eran los mantones de Manila. De los piratas y los bucaneros que durante siglos rondaron por la bahía, la cual nunca pudieron tomar gracias al Fuerte de San Diego. De José María Morelos quien sí pudo tomar Acapulco, pero sólo para incendiarlo. De la china poblana, que era una princesa que llegó al puerto con su falda bordada con lentejuelas, para ser vendida como esclava.
También vamos a acordarnos del Acapulco de las nostalgias: de Caleta, del restaurante La Perla del hotel Mirador, de la Quebrada, de Johnny Weismuller, el legendario Tarzán que está enterrado en Acapulco; los centros nocturnos y las residencias del Acapulco de la década de los cuarenta; del mural de Diego Rivera pintado en la casa de Lola Olmedo y de las canciones, las películas, hoteles, restaurantes, centros nocturnos y platillos que se comen en la bahía.
La bahía de Acapulco es la más bonita del mundo, lo han dicho poetas, cantantes, escritores, compositores, y los artistas más famosos del planeta. Acapulco, a todos nos da gusto, porque hay lugar para cualquier tipo de bolsillo. En Acapulco se arrullan los corazones; es el único lugar en donde la luna se hace un poquito desentendida cuando está frente a los enamorados. Amores habremos tenido, muchos amores hacia otra playas, pero ninguno tan bueno, ni tan honrado, como el que le profesamos a Acapulco. Por todas estas razones, Agustín Lara eligió el puerto para cantarle su amor a María Félix, su idolatrada, mientras ella con sus manitas, las estrellitas las enjuagaba en las playas de Acapulco”.
-Guadalupe Loaeza
El interiorismo es arte y creatividad, también es una necesidad por ofrecer espacios donde se puede vivir y ser; desde luego es obsesión por el detalle, la perfección y una eterna búsqueda por la belleza. Por todo esto, llegó el momento de celebrar nuestra pasión y brindar por sus profesionales. Así es, hoy es el Día Mundial del Diseño de Interiores.
El 31 de mayo fue la fecha elegida por la IFI (Federación Internacional de Interioristas, por sus siglas en inglés) para festejar una profesión que si bien es tan antigua como los salones de Versalles, como disciplina profesional, es relativamente nueva, aunque eso sí: ¡con un gran futuro por delante!
Por todo lo dicho, vale la pena celebrar el día de hoy al interiorismo, pero en especial a quienes lo hacen posible, y es que al final son ellos quienes se encargan de transformar nuestros espacios para hacer mejor nuestras vidas. Los felicitamos a ellos, pero también a nosotros y a cualquier apasionado por esta disciplina.
Por cierto, en Casa Palacio hemos preparado un par de sorpresas para celebrar este día, durante todo el mes. Mañana te daremos más detalles.
El diseñador Luis Rojas Molina, más conocido como Sanjacinto, se dedica a montar mesas, diseñar arreglos personalizados e incluso a ayudarnos a crear momentos en los que la ambientación se traduce en recuerdos imborrables. Por esto, era obligado invitarlo a poner una mesa para Casa Palacio. ¿El resultado? Un diseño onírico, en el que Luis toma prestada la visión de un creador por descubrir: el escenógrafo Manuel Fontanals.
La primer sorpresa de la mesa de Sanjacinto es el mencionado Fontanals, escenógrafo de más de 200 películas, la mayoría de la época de oro del cine mexicano y decorador de espacios hoy perdidos como el interior del Cine Ópera. Luis se planteó: ¿cómo abordaría Manuel el montaje de la ópera Orfeo? Este ejercicio de imaginación inspiró su mesa.
Sanjacinto comenzó a materializar su visión de la mesa a partir de dos vajillas: “Il Viaggio Di Nettuno” y “Oriente Italiano” de Ginori 1735. Pero este es una montaje surrealista, así que había que poblarlo con criaturas fantásticas. Así, la elección fueron los “pequeños monstruos” de L’Objet, además de la flora y fauna exótica del mantel “Mar de cielo” y los individuales “Bestiario” de Muzaluci.
Desde luego las flores son importantísimas en este montaje. Nuestro invitado se decidió por aquellas de formas inusuales y además las acompañó de unas piñas que descansan perezosas en la mesa “Post Modern” de Glas Italia. Toda esta puesta en escena es observada desde las alturas por una de las piezas estrella de la colección de Casa Palacio: el candil “Zenith Flou” de Baccarat.
¿El consejo de Sanjacinto para montar nuestras propias mesas? “Tomar inspiración de la vida cotidiana. Basta hacer consciencia de las cosas que nos hacen felices y llevarlas a la mesa”. Esto es cierto en esta mesa onírica y mágica, que te está esperando para darte ideas creativas justo afuera del área de tienda de Mesa Fina de Casa Palacio Antara.
Para más inspiracion visita el IG del diseñador: @Sanjacinto.
Esta temporada, flores, aves y follaje se apropian de todos nuestros ambientes. El comedor no es la excepción y es que la tendencia de primavera verano ocupa la mesa, personificada en vajillas de lujo inspiradas en el mundo botánico. En esta entrada, queremos que conozcas nuestras favoritas.
“Passifolia”
Esta vajilla, tan sensual como alegre, logra capturar toda la exuberancia de la selva amazónica. Se trata de un diseño de Rolland Huckel para la casa Hermès. Por cierto: por estos días, en Casa Palacio AntaraJuan Salvador Martínez y Luis Martín Sordo, montaron una mesa a partir de “Passifolia”.
“Fioreflor”
La esencia de un jardín inglés o quizás en la Toscana, es capturada en porcelana en esta vajilla de PH 1888. Es perfecta para una mesa muy femenina y elegante.
“Constance”
La corona de laurel simboliza la paz, la fuerza y la longevidad. La firma Bernardaud se inspira en ella y la lleva a una vajilla inspirada en el estilo Imperio que se impuso en Francia en el siglo XIX. Sin duda, esta colección es un clásico.
La elegancia y la sofisticación de la época en que las Bahamas eran una colonia inglesa, inspiró a Juan Salvador Martínez y Luis Martín Sordo, del despacho que lleva su apellido, a realizar un montaje que sienta a la mesa toda la exuberancia del Caribe. El punto de partida fue una de las vajillas más espectaculares de la selección de Casa Palacio: “Passifolia” de Hermès.
Para los interioristas, actualmente los montajes e incluso el protocolo en la mesa, ya no son tan estrictos como antes y la mesa europea formal, se permite ser divertida y fresca. Pensando en esto, las vibrantes piezas de “Passifolia”, fueron contrastadas con elementos clásicos como las copas “Vega” de Baccarat o “Veritas New World” de Riedel.
Otros elementos destacables son los accesorios de Christofle, firma que si bien es famosa por su platería, ha decidido actualizarse ofreciéndonos objetos en acero inoxidable, además de los textiles de Le Jacquard Français y Texteis Iris.
Todas las piezas descansas en la mesa de comedor “Argueil” de Alfonso Marina, mientras que el espectacular candil “Zénith Black” de Philippe Starck para Baccarat, observa, suspendido sobre el montaje, este lujo informal para recibir en casa.
Por último, le pedimos a los interioristas “el” consejo para montar una mesa. Para Luis Martín Sordo nos dijo: “Usen lo que tienen; las vajillas no son para estar en la vitrina ni pasa ‘ocasiones especiales’ que nunca llegan”, mientras que Juan Salvador Martínez nos dijo: “Siempre hay que colocar un buen mantel y servilletas”.
Visita esta mesa en el área de Mesa Fina de Casa Palacio Santa Fe.