Siempre que hablamos de vajillas finas, es obligado mencionar un lugar que produce algunas de las mejores: la ciudad francesa de Limoges, mundialmente conocida por su maravillosa porcelana; por eso, en esta ocasión decidimos contarte un poco de su historia, para entender el por qué de su fama.
Situada en la región de Nouvelle-Aquitaine, a orillas del río Vienne, Limoges siempre ha sido una ciudad con una fuerte vocación industrial basada principalmente en su famosa porcelana; fabricarla es una tradición que inició en el año 1768 cuando accidentalmente una de sus habitantes encontró una arcilla que le pareció ideal para lavar ropa. La mujer no sabía que se trataba de caolín, esto es: el mineral necesario para elaborar porcelana. En ese entonces la mejor venía de China, pero descubrir yacimientos de caolín en Francia hizo que no fuera necesario importarla. No solo eso, justo en ese momento el país atravesaba una crisis económica y el hallazgo ofrecía una interesante alternativa para salir del problema. Por eso, el rey Luis XVI proclamó un edicto para otorgar a la ciudad de Limoges la exclusividad en la producción de la porcelana del reino. El resto es historia: en la región se establecieron factorías dedicadas a producirla; incluso muchas de estas aún funcionan.
Hay que decir que en principio los talleres se dedicaban a imitar las porcelanas asiáticas, pero para el siglo XVIII comenzaron a proponer diseños propios que aplicaron a objetos como lámparas, camafeos o miniaturas que se convirtieron en exquisitos objetos del deseo y que terminaron por darle fama mundial a la ciudad. ¿Un gran ejemplo? Los de la maison establecida en 1863: Bernardaud.
La tradición ceramista de la ciudad subsiste hasta hoy, tanto que a Limoges se le conoce como “La capital de las artes del fuego”, y es que es precisamente el calor de sus hornos, el que transforma a la humilde arcilla en la más fina porcelana.
En Casa Palacio nos encanta proponer nuevas tendencias, trabajar con nuevos productos y creadores, de la misma manera que disfrutamos tener en nuestras tiendas el trabajo de grandes maestros, que, de la misma manera que tenemos la oportunidad de ofrecerlos a nuestros clientes, son piezas que forman parte de importantes colecciones de museos en todo el mundo. Un caso muy especial ocurre con Isamu Noguchi y la mesa que lleva su nombre bajo el sello de Herman Miller.
Si aún no la conoces, te invitamos a nuestras tiendas para descubrir este clásico que se comenzó a producir en 1947, cuyo diseño es tan vigente y propositivo como al inicio. Esta mesa puede ser vista como una impresionante escultura moderna, igual de duradera que estética. Cada ángulo es diferente, su base de madera maciza es una lección de equilibrio y proporción. Puedes encontrar tres acabados diferentes: nogal, fresno blanco y negro.
La historia de este escultor y diseñador japonés-estadounidense nos apasiona. Además, tuvo una gran relación con México, donde su trabajo se vio influenciado por la cultura prehispánica y la tradición artística del país. Viajó a este país en 1936, periodo en el que se sumergió en el arte muralista y la escultura monumental. De esos años quedan los murales del Mercado Abelardo Rodríguez, en el centro de la Ciudad de México, un paseo que realmente te recomendamos. Una joya oculta del arte moderno en pleno casco histórico.
Cortesía INFGM
Cortesía INFGM
Noguchi nació en Los Ángeles, pero pasó parte de su infancia en Japón, donde absorbió la cultura japonesa y nació su pasión por la cerámica. Estudió escultura en Nueva York y más adelante se fue a París, donde fue discípulo de Constantin Brancusi.
A partir de los años 40, empezó a diseñar parques con juegos para niños, es ahí donde comenzó a plasmar lo que vemos poco después en la mesa para Herman Miller: la fusión perfecta entre la forma escultural y la función cotidiana. Su estudio y el museo que lleva su nombre, del otro lado de la calle, son sitios de peregrinación en Nueva York, donde acuden miles de visitantes para apreciar sus esculturas y mobiliario.
Más que un arquitecto o diseñador, Gio Ponti fue un creador italiano de mundos. Su legado es una oda a la elegancia, la ligereza y la innovación, y ahora Taschen lo celebra con un libro que captura su espíritu visionario en toda su magnitud.
Desde la icónica Superleggera, una silla casi ingrávida, hasta la imponente Torre Pirelli, Ponti reinventó la manera en que habitamos los espacios. Su estética, siempre moderna pero con alma artesanal, dejó huella en casas, hoteles, objetos y hasta transatlánticos. Como fundador de Domus, su influencia trascendió el diseño para convertirse en un referente cultural.
Este volumen de Taschen no solo repasa su obra, sino que nos sumerge en su universo de formas puras, colores vibrantes y materiales innovadores. Un tributo esencial para quienes ven el diseño no solo como función, sino como poesía.
Descubre este y otros fantásticos libros de Taschen en nuestras tiendas de Casa Palacio y en línea. Y aprovecha para ver estas dos colecciones fantásticas que tenemos de Richard Ginori : las vajillas Impero Laberinto y Catena con un gran diseño firmado por Gio Ponti.
Uno de los secretos mejor guardados de Roma, la casa del artista futurista Giacomo Balla, recientemente ha abierto sus puertas al público, develando un espacio donde se sobreponen una serie de patrones aplicados en mobiliario, vajillas, mosaicos, estanterías y, por supuesto, las obras de arte de su habitante original, generando una suerte de obra de arte total de un gran dinamismo estético.
Cortesía Fondazione MAXXI
Cortesía Fondazione MAXXI
Balla vivió este departamento en el distrito de Vittoria de 1929 a 1958. Este lugar no solo es importante por tratarse de la vivienda de uno de los mayores exponentes del futurismo, sino que también funciona como un laboratorio de ideas domésticas, desde su valiente paleta de colores hasta la saturación de cada uno de sus muros, con múltiples elementos que dialogan entre sí.
Cortesía Fondazione MAXXI
Cortesía Fondazione MAXXI
En Casa Palacio celebramos la originalidad y el toque personal en la manera en que se habitan los espacios, y nos encanta revisar proyectos icónicos de otras épocas como fuente de inspiración.
Existe una historia poco conocida sobre el encargo que hizo el diseñador Calvin Klein al arquitecto Luis Barragán en 1982 para diseñar una de sus tiendas. Es increíble imaginar lo que habría sido aquel proyecto. Barragán, a dos años de haber ganado el afamado Premio Pritzker (popularmente conocido como el Nobel de los arquitectos), y la marca estadounidense, en plena ebullición, famosa en ese entonces por sus jeans y sus campañas con Brooke Shields como modelo.
Años más tarde, la marca comisionó al arquitecto británico John Pawson el proyecto para su tienda insignia sobre la Quinta Avenida. Una vez inaugurada, fue considerada por muchas personas como la obra más importante del minimalismo. Es interesante cómo las tiendas pueden influir tanto en nuestro imaginario y la manera en que aprendemos a leer el espacio. Es por eso que en Casa Palacio es tan importante la experiencia que nuestros clientes se llevan cada vez que nos visitan. Queremos proponer e inspirar en nuestra manera de colocar los muebles, en la iluminación, las texturas y la propia arquitectura de la tienda.
A continuación, te presentamos una lista de productos de Casa Palacio inspirados en lo que nos imaginamos de ese proyecto y que creemos que funcionarán perfecto en tu hogar.
Mesa de comedor Slant en madera de Latiyal
Mesa de ajedrez en madera de Rasttro
Juego de funda para duvet Ikat Pinstripe Hueso de Calvin Klein Home
Buró Adelaida en madera de Del Toro Mu