El tamaño y forma de las cocottes es ideal para las sopas individuales, quedan re-bien en estas ollas, como la sopa de cebolla: primero haces una sopa de cebolla normal (cocina a fuego lento seis cebollas en olla mediana, con dos cucharadas de mantequilla, hasta que estén caramelizadas, o de color café oscuro. Tardan entre 40 minutos y una hora. Sube el fuego un poco, que doren tantito, y agrega media taza de vino blanco. Deja hervir hasta que evapore el alcohol. Agrega 750 ml de caldo de pollo o de carne, unas hierbitas (tomillo, laurel y perejil), sal y hierve por 20 minutos). Mientras tanto, tuesta seis rebanadas de pan campesino o baguette; que queden duros sin dorarse. Ahora sí, sirves la sopa en las cocottes, las tapas con una rebanada de pan y queso parmesano o gruyere rallado. Y las calientas en el horno o broiler hasta que se haya derretido el queso.
Lo mejor, como siempre, es cómo quedan los postres… Puedes hacer unos duraznos horneados: los partes en cuatro gajos, les quitas el hueso y los colocas dentro de la cocotte. Los horneas (ponlos en el centro del horno, para vigilar que la piel no se queme) por 10 minutos a 250ºC. Mientras tanto, bate cuatro cucharadas de crema (de rancho, de preferencia) con azúcar al gusto, hasta que la mezcla quede ligerita. Reserva. Por otro lado, vas haciendo el cookie crumble con ocho galletas Marías pulverizadas con un tenedor; les pones una cucharada de azúcar y tres gotitas de vainilla. Mezclas con una cucharada de mantequilla derretida hasta formar grumos (si necesitas más mantequilla, úsala). Horneas hasta que se dore bien. Ahora sí, sobre los duraznos, espolvorea el crumble, luego le pones una cucharada de crema y encima un poco más de crumble. Otra opción dulce, y excelente para verano (y en todas las estaciones, ahora que lo pienso), es la compota de moras, especialmente si éstas están a punto de echarse a perder: pones tres cuartos de taza de moras, una cucharada de azúcar y ralladura de limón en la cocotte; horneas por 10 minutos a 250ºC o hasta que las frutas hayan colapsado por completo. Y ya. Échale a la avena, al yogurt o al helado, hazlo mermelada sobre el pan tostado o simplemente éntrale con una cuchara. Deli. Cocottes, bienvenidas a mi vida. Las amo. Imágenes: Ana Lafambroise, Daniel Almazán @Photo Apartment



Desde hace más de un siglo, el nombre Lalique evoca una idea clara: la unión perfecta entre arte, lujo y diseño. Fundada en Francia por René Lalique, joyero y maestro vidriero, la casa transformó el cristal en un material lleno de expresión, luz y movimiento. Lo que comenzó como una firma de joyería se convirtió en un referente mundial de decoración, alta perfumería y arte en vidrio, admirado por coleccionistas y amantes del diseño interior.
Hoy, cada pieza Lalique combina tradición artesanal y una visión contemporánea del lujo. En Casa Palacio, puedes encontrar desde el icónico jarrón y el centro de mesa Bacchantes —con su emblemático relieve de figuras femeninas— hasta el elegante Centro de Mesa Champs-Élysées, inspirado en las hojas que bordean la avenida parisina.
El pez en cristal ámbar, diseñado en 1913, es otro clásico que simboliza la buena fortuna y sigue siendo una joya del diseño moderno. Las figuras decorativas, como el cisne o el caballo Kazajo, reflejan la pureza del cristal y la maestría de los artesanos de la casa. Cambiando de escala radicalmente, sin perder la esencia de la casa y su pasión por el cristal, la mesa Cactuds es un espectáculo digno de museo.
Más allá de la decoración, cada creación Lalique encierra una historia: la del oficio, la belleza y la búsqueda de perfección. Son piezas que no solo adornan un espacio, sino que lo llenan de luz, carácter y elegancia atemporal.
Descubre la colección Lalique en Casa Palacio y lleva a tu hogar una obra maestra de cristal.
El Día de Muertos es una de las celebraciones más emblemáticas de México, una tradición que une el recuerdo con la belleza. En cada estado, los altares y ofrendas adoptan formas distintas: desde los pétalos de cempasúchil que guían el camino de las almas, hasta los objetos que evocan las pasiones y la historia de quienes partieron. Esta diversidad convierte la festividad en una de las expresiones más ricas del arte popular mexicano.

Inspirada en esta herencia, la Galería Lourdes Sosa presentó en Casa Palacio Antara y Casa Palacio Santa Fe una ofrenda de arte, concebida como un homenaje a la vida, la memoria y la creación. En cada rincón, las flores y el color dialogan con una curaduría excepcional que reúne obras de grandes artistas mexicanos: Rafael Coronel, Francisco Toledo, José Luis Cuevas, Sergio Hernández, Pedro Coronel y Sabino Guisu.

RAFAEL CORONEL, Santiago

JOSÉ LUIS CUEVAS, Tres cabezas, 1992

SERGIO HERNÁNDEZ, Sin título
Cada pieza explora, desde su propio lenguaje, el misterio y la belleza de la muerte: desde las figuras melancólicas de Coronel, hasta los universos míticos de Toledo y Hernández.

Esta colaboración entre Casa Palacio y Galería Lourdes Sosa celebra la unión entre arte, diseño y tradición. Te invitamos a visitar nuestras tiendas y descubrir cómo el espíritu del Día de Muertos puede habitar también en el arte contemporáneo.

FRANCISCO TOLEDO, Tolrombo

FRANCISCO TOLEDO, Tolrombo (218)
Vivir con cristal es aprender a habitar la luz. Este material noble, tan antiguo como el fuego y tan moderno como el diseño contemporáneo, transforma los espacios con su juego de transparencias, reflejos y destellos. En él se revela un arte silencioso: el de atrapar la claridad y devolverla multiplicada, coloreando cada rincón con sutileza.
En Casa Palacio, el cristal se convierte en una declaración de estilo. Firmas legendarias como Lalique, con su herencia francesa de formas escultóricas; Reflections Copenhagen, que combina audacia geométrica y color; Baccarat, sinónimo de lujo y precisión artesanal; LSA International, que celebra la pureza de las líneas contemporáneas; y Villeroy & Boch, que equilibra tradición y modernidad, nos invitan a descubrir un universo donde la transparencia es sinónimo de sofisticación.
Un centro de mesa de Baccarat, un florero de LSA o un jarrón de Lalique no solo decoran: capturan la esencia del espacio. Cada pieza refleja —literalmente— la personalidad de quien la elige. La luz que atraviesa un vaso o un cenicero de cristal no es solo un detalle estético; es un gesto cotidiano de belleza, un recordatorio de que lo esencial también puede brillar.
Incorporar cristal en el hogar es apostar por la armonía y la claridad. De día, colorea con reflejos los muros; de noche, convierte cada destello en un instante mágico. Descubre la magia del cristal en las tiendas Casa Palacio y deja que la luz hable en tu hogar.
Hay marcas que parecen contar su historia a través de cada objeto. Porada es una de ellas. Sus piezas no solo ocupan un lugar en la casa, sino que lo reinventan. Cada curva, veta o acabado habla del amor italiano por la madera, de una herencia artesanal que dialoga con la innovación. No sorprende que hoy Porada sea sinónimo de sofisticación atemporal, donde la función nunca se separa de la belleza.
Un ejemplo es el sillón Ginkgo, fabricado en nogal canaletta macizo y con exteriores de piel, es un refugio ergonómico que invita al descanso sin renunciar a la sofisticación. Sin duda, un nuevo clásico para la historia del diseño.


La colección se enriquece con piezas que son una verdadera declaración de intenciones, cómo la mesa de centro Callisto Mix, diseñada por Carlo Ballabio. Tres tapas de distintos tamaños se combinan en mármol y madera, creando una composición dinámica que transforma la sala en un escenario de elegancia natural.

En el comedor, la mesa Oswood celebra el diálogo entre mármol y madera, invirtiendo roles para dejar que las vetas del nogal crucen la superficie como un gesto escultórico. Mientras tanto, el trinchero Matics combina orden y luz, con puertas de madera o cristal e iluminación LED integrada.


El perchero Sam se convierte en escultura: un galán de noche con espejo y taburete tapizado que trasciende la utilidad para habitar la habitación como obra de arte. Y como detalle final, el espejo Ekero, sencillo y elegante, suma calidez con su marco en nogal canaletta.


Cada una de estas piezas demuestra que Porada no diseña solo mobiliario: crea atmósferas, historias y objetos destinados a perdurar.
Descubre más sobre esta firma italiana y sus colecciones en Casa Palacio.