
¿BUSCAS MÁS INSPIRACIÓN?
Suscríbete y recibe tips, promociones, ideas, tendencias, recomendaciones y más.
Por casi 70 años, la visión de esta arquitecta y diseñadora ha influido en la manera en como planificamos los espacios en los que habitamos o laboramos. Conócela.
Alumna de Mies van der Rohe y Eliel Saarinen, Florence Knoll (EEUU, 1917) revolucionó el diseño industrial, en una época en la que era inconcebible que una mujer tuviera voz en un campo que se consideraba netamente masculino, pero no podía ser de otra manera: cursó estudios en la Academia de Canbrook, en la Asociación Arquitectónica de Londres y en el Instituto Tecnológico de Illinois, instituciones que la pusieron en contacto con las ideas de la Bauhaus, la escuela que sentó las bases del diseño industrial y gráfico. Incluso, una vez concluidos sus estudios, Florence fue colaboradora de los despachos de arquitectura de Walter Gropius y Marcel Breuer, quienes llevaron los conceptos de la Bauhaus a EEUU, colocando los cimientos del llamado modernismo americano.
Pero el giro definitivo de su carrera se dio en 1943, cuando se incorporó a la firma de mobiliario de un joven arquitecto y diseñador alemán: Hans Knöll (1914-1955). Ahí, Florence propuso una idea a su jefe para que la empresa sorteara los duros tiempos de una economía de guerra: incursionar en el diseño de interiores incorporando arquitectos a los proyectos. Por supuesto, ella conocía a los mejores. Su idea fue un éxito. Seguramente, fue el contacto con una mente tan fascinante como la de Florence, la que llevo a Hans a pedirle matrimonio en 1946. De su sociedad sentimental y profesional nacería Knoll Associates, una empresa que redefiniría la concepción de los espacios laborales durante la segunda mitad del SXX.
Pero, ¿cuál fue la gran aportación de Florence Knoll? Una idea en apariencia sencilla, que hoy muchos aplican, pero que en los 50 resultó radical: se trata del “diseño total”, esto es, conjuntar arquitectura, manufactura, diseño interior, textiles, gráficos, publicidad y presentación, para resolver los desafíos que plantean los espacios laborales. A ella debemos, entre otros conceptos, el de “las estaciones de trabajo”.
A esto sumemos que si bien Florence se concentró en dirigir la firma tras la inesperada muerte de su marido, también diseñó fabulosas piezas que llevan su nombre: sofás, sillas, mesas auxiliares y escritorios, entre otras. Durante la década de los 50, fue un personaje recurrente en la exhibición anual “Good Designs” del MoMa.
Florence se mantuvo activa por varias décadas, marcando todo un estilo que aún perdura. Por su labor recibió en 2002 la Medalla Nacional a las Artes que otorga el Congreso Estadounidense, aunque sin duda, su mayor reconocimiento es que sus piezas más icónicas aún son fabricadas y adquiridas por entusiastas coleccionistas alrededor del mundo.
El interiorismo es arte y creatividad, también es una necesidad por ofrecer espacios donde se puede vivir y ser; desde luego es obsesión por el detalle, la perfección y una eterna búsqueda por la belleza. Por todo esto, llegó el momento de celebrar nuestra pasión y brindar por sus profesionales. Así es, hoy es el Día Mundial del Diseño de Interiores.
El 31 de mayo fue la fecha elegida por la IFI (Federación Internacional de Interioristas, por sus siglas en inglés) para festejar una profesión que si bien es tan antigua como los salones de Versalles, como disciplina profesional, es relativamente nueva, aunque eso sí: ¡con un gran futuro por delante!
Por todo lo dicho, vale la pena celebrar el día de hoy al interiorismo, pero en especial a quienes lo hacen posible, y es que al final son ellos quienes se encargan de transformar nuestros espacios para hacer mejor nuestras vidas. Los felicitamos a ellos, pero también a nosotros y a cualquier apasionado por esta disciplina.
Por cierto, en Casa Palacio hemos preparado un par de sorpresas para celebrar este día, durante todo el mes. Mañana te daremos más detalles.
El nombre Bernardo significa “valiente como un oso”. Sin duda, valentía es lo que se necesita para luchar por el medio ambiente y las especies amenazadas. Valiente también es un amigo que llegó desde Italia con la ilusión de ser parte de nuestros espacios. No es un oso, es un panda y se llama “Bernardo”.
“Bernardo” es una escultura de la artista italiana Elena Salmistraro, quien lo imaginó como el jefe de una tribu y de ahí su armadura y pintura en el rostro. Nosotros agregaríamos que se trata de una tribu de la que también somos parte: el planeta. De hecho, no olvidemos que el panda es el símbolo de la WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza, por sus siglas en inglés).
Elena Salmistraro diseñó a “Bernardo” para Bosa, la firma italiana que ha revolucionado la cerámica italiana. La intención de esta colaboración es que la escultura no solo decore, sino también nos invite a hacer consciencia de la importancia de cuidar a las especies con las que compartimos nuestra casa común.
Pegunta por “Bernardo” (en sus dos versiones), pero también por otros de los personajes del sorprendente universo de Bosa que son parte de la selección de Casa Palacio.
Para diseñar la sala, el punto de partida son el sofá y los sillones. ¿Una buena opción? Un sistema modular que pueda adaptarse a diferentes espacios, resuelto en unas cuantas líneas y en un tono neutro. Justo como “Cesare”, un modelo de la firma Gasaru.
“Cesare” está elaborado en pino, tela importada de Europa y relleno de pluma de pecho de ganso. El diseño es totalmente “Made in Italy”, algo que quien lo descubre por primera vez enseguida nota.
Este modelo es que es muy combinable, por lo que se adapta a diferentes estilos. ¿Piensas que te aburrirá al pasar el tiempo? No te preocupes: basta agregar algunas almohadas o quizás una simple frazadas para actualizarlo. De hecho, al ser de color neutro, si pintas tus muros en un tono contrastante o cambias el tapete… ¡“Cesare” se transforma!
“No pienses en hacer arte, solo hazlo. Deja que los demás deciden si es bueno o malo, si lo aman o lo odian. Mientras ellos deciden, haz aún más arte”: esto dijo alguna vez Andy Warhol. Para nosotros, el interiorismo es arte y por eso, en el espíritu del padre del pop art, te invitamos a hacer de tus espacios tu propia creación.
Para inspirarte, te traemos una gran recomendación: el libro “Pop Art Style”, editado por la casa francesa Assouline. La obra forma parte de la serie “Style”, con la que la editorial pone el foco en los movimientos artísticos más icónicos, para revelarnos su impacto histórico, pero también su influencia en el mundo actual.
En el caso del pop art, se trató de un movimiento que fue mucho más allá de las piezas de Warhol o Lichtenstein, y es que dejó las galerías para tomar por sorpresa al mundo y definir la estética de los años 60 y 70. Desde luego, el interiorismo no fue ajeno a esta expresión.
De hecho, mucho del mobiliario de Eero Aarnio, Arne Jacobsen y George Nelson se consideran clásicos del movimiento. Precisamente por esto, nos parece que “Pop Art Style” es una obra imperdible no solo para los amantes del arte, sino también para los interesados en un estilo que sigue inspirándonos. ¡Búscalo en la biblioteca de Casa Palacio!