El proceso detrás de las mundialmente famosas porcelanas de Lladró es complejo; requiere de visión, tiempo, paciencia… justo lo mínimo que exige cualquier gran obra de arte.
¿Cuál es el secreto del éxito detrás de una de las más famosas marcas españolas? Por supuesto son muchos los factores que han hecho de Lladró un favorito del público por más de 60 años, pero sin duda, su complejo proceso de manufactura, en el que todos los detalles se cuidan al máximo, es una de las razones por las que las piezas de esta casa son disputadas por coleccionistas de todo el mundo.
Cada figura que forma parte del catálogo Lladró es producto de un largo proceso artístico. Todo comienza con el trabajo de inspirados escultores, quienes realizan bocetos de las porcelanas que imaginan decorando una casa, esto incluye por supuesto un minucioso proceso de documentación.
Concretada una idea, el escultor realiza un primer acercamiento de la pieza en barro, misma que tiene que ser examinado y aprobado por un Comité de Creatividad, en el que hay una representación de la familia Lladró, pues los herederos de la firma están completamente involucrados en cada parte del proceso. Pueden pasar años antes de que se logre dar el visto bueno a una de estas propuestas.
Después, el boceto en barro se reproduce una vez más, en esta ocasión en escayola para dar lugar a un primer molde, del que surgirán los moldes definitivos. Una pieza de tamaño mediano puede necesitar de 15 a 20 moldes, llegando a 300 en el caso de piezas más complejas.
Finalmente, se realiza la magia que dará por resultado una pieza de colección: 24 horas en un horno a más de 1300°C. La porcelana vitrifica, el barniz cristaliza y los colores distintivos de la porcelana Lladró, emergen gracias a la acción del calor extremo.
Pero el proceso no concluye aquí. Las piezas deben pasar primero por una serie de controles de calidad para que el producto final sea perfecto. Un Lladró que no cumple con los altísimos estándares que fija la firma simplemente son destruidos.
De esta manera, tras un trabajo que requiere de paciencia y tiempo, ven la luz piezas únicas, atemporales, verdaderas obras de arte.
Dos marcas, una filosofía: elevar tu experiencia culinaria con calidad, diseño y tecnología. ZWILLING, fundada en 1731 en Alemania, es sinónimo de precisión, mientras que BALLARINI, con más de 130 años de historia en Italia, celebra la cocina como un ritual familiar.
En Casa Palacio reunimos lo mejor de ambas con una selección exclusiva. Comenzamos con la sartén Zwilling Pro, elaborada en acero inoxidable 18/10 con núcleo de aluminio para una distribución homogénea del calor. Su acabado satinado la hace resistente a rayaduras, mientras que el borde vertedor y el mango frío la convierten en una aliada infalible.
Complementa tu cocina con la sartén Ballarini Lucca Granitium, ideal para preparar platillos ligeros gracias a su recubrimiento antiadherente libre de PFOA. El mango con indicador de temperatura facilita la cocción perfecta, y su diseño con efecto piedra le da un toque sofisticado.
Finalmente, no puede faltar el set de cubiertos para carne Zwilling: seis cuchillos y seis tenedores en acero inoxidable, perfectos para cortes jugosos y parrilladas memorables.
Estas piezas no solo están hechas para durar, también son una invitación a cocinar con pasión.
Descúbrelas en Casa Palacio.
Desde hace casi dos siglos, Yves Delorme ha sido símbolo del refinamiento francés aplicado al hogar. Fundada en 1845 en Lille, esta maison forma parte de Fremaux Delorme, una casa textil familiar que ha sabido conjugar tradición, innovación y poesía visual. Su compromiso con el arte textil y el savoir-faire artesanal ha sido reconocido por el gobierno francés a través del sello “Entreprise du Patrimoine Vivant”, que distingue a las marcas que preservan y celebran la herencia cultural de Francia.
Hoy, Yves Delorme continúa ese legado con colecciones que transforman lo cotidiano en una experiencia estética. En Casa Palacio, celebramos la llegada de sus propuestas Primavera-Verano 2025: tres líneas que evocan paisajes naturales, emociones sutiles y una sofisticación que solo el diseño francés puede ofrecer.
Luciole, que significa luciérnaga, es una colección luminosa e inspirada en la vida silvestre. A través de estampados florales delicados y tonalidades frescas, evoca las noches de verano y la belleza efímera del mundo natural. Es una línea ideal para quienes buscan traer alegría y vitalidad al dormitorio.
Horizons se inspira en los paisajes lejanos y los cielos abiertos. Con una paleta de tonos etéreos y líneas suaves, propone un ambiente de calma y contemplación. Es una invitación a abrir el espacio interior a lo infinito, con textiles que sugieren ligereza y fluidez.
Nymphes, en cambio, mira hacia lo íntimo y lo orgánico. Esta colección privilegia las texturas sutiles, los colores tierra y un diseño más introspectivo, cercano a lo esencial. Evoca la armonía de la naturaleza y el susurro de lo invisible.
Yves Delorme también reafirma su compromiso con la sustentabilidad, empleando algodón orgánico y prácticas responsables. Visita Casa Palacio y descubre cómo estas colecciones pueden transformar tu hogar con estilo y conciencia ambiental.
Hermès nos invita a redescubrir el desayuno como un ritual de elegancia cotidiana con su nueva vajilla de porcelana Saut Hermès. Concebida para celebrar la calidez y el carácter social de este momento del día, la colección destaca por sus formas generosas, ideales para una mesa relajada y alegre.
El ilustrador Jochen Gerner, autor de los diseños, encontró su inspiración en la energía vibrante del Saut Hermès —el célebre evento ecuestre parisino— para crear decoraciones que oscilan entre lo narrativo y lo abstracto. Cada motivo es un sutil guiño al mundo ecuestre y a la herencia estética de la Maison, convirtiendo cada pieza en una expresión de arte funcional.
Más que una vajilla, esta colección es una invitación a hacer del desayuno un momento de belleza, estilo y placer compartido. Descúbrela en Casa Palacio y lleva a tu mesa el inconfundible savoir-faire francés.
En Casa Palacio creemos que los grandes electrodomésticos no solo deben ser funcionales, sino también piezas de diseño que eleven tu espacio. Por eso, queremos hablarte de Luxury Cooling, la línea de refrigeradores de Smeg que representa lo mejor del lujo contemporáneo: tecnología de vanguardia, eficiencia energética y un diseño que encarna el alma italiana.
Desde Emilia-Romaña, cuna de la excelencia gastronómica, Smeg ha conquistado al mundo combinando innovación y estética desde mediados del siglo XX. Hoy, esta herencia se manifiesta en Luxury Cooling, una colección que destaca por su silueta minimalista, acabados en acero inoxidable satinado y una estructura sólida que transmite sofisticación y carácter.
Cada refrigerador está diseñado y fabricado en Italia, con la precisión de la ingeniería moderna y el detalle artesanal que distingue a la marca. Incorpora funciones avanzadas como el sistema Multiflow, que distribuye el aire frío de forma homogénea, o el tratamiento antibacteriano que preserva la frescura y pureza de los alimentos. Todo, con un consumo energético optimizado para el presente… y el futuro.
Con Smeg, cada detalle está pensado para crear una experiencia sensorial en el hogar. Porque, al igual que nosotros, entienden que la cocina ya no es solo un lugar para preparar alimentos, sino un espacio para habitar, compartir y crear.
Descubre en Casa Palacio la línea Lucury Cooling, y el rico universo Smeg.