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Cuando en el año 2000, los hermanos Pierre y Matthieu Rochepeau tomaron las riendas de la fabrica de muebles y gabinetes de madera que su padre fundo en los 60, decidieron darle un giro radical, uno en el que además Pierre, el diseñador de la familia, pudiera dar rienda suelta a su creatividad: “ya habíamos hecho todos los diseños ‘tradicionales’ que se pueden hacer en madera”, explica Pierre, “queríamos hacer algo que fuera original. Necesitábamos un nuevo acercamiento a Drugeot.” ¿El resultado? La reinvención total de la marca, así nace Drugeot Labo.
Pero esto no se dio de un día para otro: hasta 2009 participaron en su primera feria, Le Bourget Furniture Fair, en la que presentaron su reinterpretación del librero. Su éxito fue total: llamaron la atención de la crítica y los medios, y tiendas parisinas especializadas como la prestigiada Fleux, así como otras en el resto del país y Bélgica que fueron sus primeros clientes. Incluso de Hong Kong les llegaron pedidos. Así, entre 2010 y 2012 participaron en las ferias de diseño más importantes: Maison et Objet en Paris, la Design Week de Londres y el Salone del Mobile de Milán.
Pero, ¿en qué radicó su éxito? Antes que nada, en la originalidad de sus diseños, pero también en la calidad de sus materiales –solo usan madera de roble certificada- y en la manufactura realizada por hábiles artesanos franceses. De hecho, desde 2011, Drugeot Labo pertenece al Ateliers d’Art de Francia, la asociación que garantiza que los productos de sus miembros se realicen con técnicas tradicionales, además de que se fabriquen íntegramente en Francia, logrando ese savoir-faire único que los galos imprimen en sus marcas.
Hoy, el éxito de los Rochepeau ha hecho que sus productos se distribuyan en Londres, Barcelona, Bruselas, Milán, Frankfurt, Hong Kong, Singapur, Taiwán, Beijing, Melbourne… y por supuesto México, cortesía de Casa Palacio, tienda que ofrece una selección de sus originales libreros.
¿Ya los descubriste en Antara o Santa Fe?
El nombre Bernardo significa “valiente como un oso”. Sin duda, valentía es lo que se necesita para luchar por el medio ambiente y las especies amenazadas. Valiente también es un amigo que llegó desde Italia con la ilusión de ser parte de nuestros espacios. No es un oso, es un panda y se llama “Bernardo”.
“Bernardo” es una escultura de la artista italiana Elena Salmistraro, quien lo imaginó como el jefe de una tribu y de ahí su armadura y pintura en el rostro. Nosotros agregaríamos que se trata de una tribu de la que también somos parte: el planeta. De hecho, no olvidemos que el panda es el símbolo de la WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza, por sus siglas en inglés).
Elena Salmistraro diseñó a “Bernardo” para Bosa, la firma italiana que ha revolucionado la cerámica italiana. La intención de esta colaboración es que la escultura no solo decore, sino también nos invite a hacer consciencia de la importancia de cuidar a las especies con las que compartimos nuestra casa común.
Pegunta por “Bernardo” (en sus dos versiones), pero también por otros de los personajes del sorprendente universo de Bosa que son parte de la selección de Casa Palacio.
Hace poco tuvimos la oportunidad de platicar con Silvia Ramírez, diseñadora y fundadora de la marca de textiles Muzaluci. Puedes conocer más de ella y su inspiración aquí. Por lo pronto, de la selección de productos de su firma que llegaron a Casa Palacio, en esta ocasión te queremos hablar de sus alucinantes manteles. ¿Los conoces?
Wildbirds
Se trata de un homenaje a las aves del planeta, especialmente aquellas que viven en los bosques tropicales. Este estampado nos remite a los dibujos con los exploradores de otros tiempos, registraban sus observaciones de la flora y fauna.
Selva Vintage
Un ecosistema virgen habitado por animales provenientes de todo el mundo: así es este modelo, sin duda alegre, alucinante y que hace de la mesa un espacio para contar una historia.
Savage
Nos encanta este diseño: es surrealista, atrevido y un tanto sensual. Sin duda, es el mantel que necesitas para darle un toque sexy a la mesa.
Mar del cielo
Esta inesperada reunión de criaturas en un universo mágico, inspiró uno de nuestros recientes montajes en tienda. Hablamos de la mesa de Sanjacinto.
Black Butterfly
Este diseño que celebra a las mariposas, tiene algo de misterioso. Esa sensación la lleva a la mesa, invitándonos a realizar un montaje espectacular.
Desde hace 150 años, esta firma ha marcado el camino a seguir no solo para el diseño danés, sino para el que se hace en todo el mundo, y es que no se puede entender el estilo escandinavo, el ‘mid century’ o la modernidad misma, sin hacer referencia a Fritz Hansen.
Gracias a sus colaboraciones con mentes maestras del diseño como Arne Jacobsen, Poul Kjærholm y Hans Wegner, Fritz Hansen más que simple mobiliario, nos ofrece objetos icónicos, muchos considerados por la crítica como clásicos del diseño. Tomemos por ejemplo sus sillas…
La marca fabricó su primer silla en 1872. Desde entonces y desde entonces ha hecho de un mueble ordinario, algo extraordinario. Entre sus clásicos están “Gran Prix” un diseño de Arne Jacobsen lanzado en 1957. Esta pieza recibe su nombre porque recibió el premio Gran Prix en la “Trienale” de Milán.
“Drop”, también de Arne Jacobsen, es otra de las piezas con la que Fritz Hansen reinventó la silla. En este caso, se trata de un diseño creado ex profeso para el SAS Royal Hotel de Copenhague.
Los años 70 arrancaron y el estilo ‘mid century’ quedaba atrás, sin embargo, el gran Arne Jacobsen seguía estando un paso adelante, y es que al inicio de la década presentó la sorprendente silla “Lily”, una pieza que muchos consideran el pináculo de la carrera del diseñador.
Las formas que encontramos en el mundo natural suelen ser los mejores ejemplos de diseños funcionales e inteligentes. Tomemos el hexágono, figura que encontramos en los panales de las abejas, una estructura que se distingue por su estabilidad, por ahorrar material y maximizar el espacio.
Inspirándose precisamente en los panales, el diseñador Taeke Halma concibió para la firma Slide, el sistema modular “Hexa”, un librero… pero también un estante o incluso un elemento que separa diferentes ambientes.
Al igual que un panal, cada módulo de “Hexa” se interconecta y relaciona, así, se pueden colocar tantos como la imaginación dicte para resolver las más complejas necesidades, desde dividir espacios hasta guardar libros.
Desde luego este sistema no está elaborado en cera como ocurre en un panal, sino en polietileno, lo que lo hace muy duradero. Definitivamente estamos ante una pieza única, muy versátil y que ofrece soluciones útiles y estéticas a cualquier espacio. ¿No es una pieza fascinante?