Consejos para mantener en buenas condiciones tus muebles de jardín.
Los muebles de patio o jardín son diseñados especialmente para que sean resistentes al clima, pudiendo aguantar diversas temperaturas, así como lluvia, granizo, polvo o viento. Pueden ser fabricados de diversos materiales, aunque los más comunes son plástico, aluminio, madera, mimbre y hierro forjado.
Los hay con diferentes funciones, tamaños, colores y diseños, por lo que el estilo que elijas puede depender de tu gusto. Pero lo que todos tienen en común es que sin un cuidado adecuado pueden desgastarse y arruinarse antes de tiempo.
El cuidado y la limpieza de éstos dependen del material con el que estén fabricados. Los siguientes consejos te ayudarán a mantener tus muebles de jardín en buenas condiciones para que puedas disfrutar de ellos durante mucho tiempo.
Plástico o Resina
Los muebles para jardín fabricados de plástico o resina son fáciles de mantener. Es aconsejable sacudirlos regularmente para retirar tierra, hojas y polvo acumulados en su superficie. Si es época de lluvia o vives en un ambiente húmedo, lo más conveniente es rociarlos con agua utilizando una manguera con mucha presión para deshacerte del lodo.
Para eliminar manchas utiliza un paño o una esponja húmeda con jabón líquido suave. Utiliza la manguera para asegurarte de que no queden restos de jabón y deja secar al aire.
Aluminio
El aluminio es utilizado en la fabricación de muebles para jardín y patio debido a que da una sensación de ligereza y neutralidad a cualquier espacio. Son fáciles de limpiar pero deben mantenerse en buen estado para evitar su oxidación.
Para limpiarlos regularmente puedes utilizar una manguera o simplemente sacudirlos. Para lavarlos utiliza un paño húmedo con jabón líquido suave y después utiliza la manguera para eliminar el jabón. Deja secar al aire libre.
Generalmente los muebles de aluminio tienen una capa transparente que los protege de la corrosión y que debe mantenerse en buen estado para garantizar el buen uso de los mismos. Si percibes un raspón en tu mueble puedes utilizar cera de autos transparente para sellarlo. También puedes repintar con pintura metálica para exteriores, solo asegúrate de que el color que utilices sea el mismo que el de tu mueble.
Madera
La madera con la que se fabrican los muebles para el exterior generalmente está tratada para que resista a la humedad y el sol, sin embargo esto no significa que no deban cuidarse de éstos y otros elementos del clíma.
A diferencia de otros tipos de muebles para exterior, aquellos hechos de madera deben estar en un ambiente soleado para evitar la formación de moho, sobre todo si se encuentran en una zona húmeda como puede ser una alberca o colocados directamente sobre el césped. Si no los vas a utilizar durante algún tiempo, lo más conveniente es cubrirlos con una lona, pero asegurándote de que el aire pueda correr entre ellos.
Para limpiar, utiliza un paño húmedo con un poco de jabón líquido. Con otro paño húmedo limpia el jabón y deja secar al sol. Evita exponer tus muebles de madera a pesticidas o químicos para la alberca.
Mimbre
La textura del mimbre le da a los muebles fabricados de este material una sensación de frescura y ligereza que los hace ideal para el jardín o el patio. Sin embargo, es también esa textura la que supone un problema si no se cuida como es debido.
Para eliminar el polvo, la tierra y las hojas utiliza un cepillo de cerdas suaves. También puedes utilizar una aspiradora, haciendo énfasis en las áreas en donde hayan más varillas e intentando recorrer toda la superficie. Para lavarlo, debes seguir el sentido del tejido con un paño húmedo y dejarlo secar al aire.
A diferencia de otros materiales, el mimbre tratado para exteriores puede estar al sol sin que se dañe. Sin embargo, no soporta climas extremos por lo que deberás considerar si en el lugar en donde vives es mejor guardarlos cuando no los utilices. Solo asegúrate de que no estén en un lugar húmedo y que tengan suficiente ventilación para evitar la formación de moho.
Hierro Forjado
Los muebles para exterior fabricados con hierro forjado son altamente duraderos y resistentes a diversos climas, pero no son indestructibles. Para mantenerlos en buenas condiciones deberás lavarlos con agua tibia y jabón suave regularmente.
La pintura de los muebles de hierro forjado no solo tiene una función decorativa, también actúa como capa protectora en contra de la corrosión. Si notas que la pintura se ha levantado en alguna zona de tu mueble, lo mejor será retocarla lo antes posible. Si te diste cuenta un poco tarde y el hierro ya esta algo oxidado, tan solo lava el área con agua y jabón, líjala, limpia con un paño seco y retoca la pintura.
Tela
Algunas sillas, tumbonas y sillones para jardines o patios tienen cojines que deberás cuidar para garantizar que la tela dure tanto como el mueble. Ésta no durará si se deja al sol durante mucho tiempo, ya que no solo se decolorará, sino que también se afinara el tejido lo que provocará rasgaduras, por lo que es conveniente colocar tus muebles a la sombra o guardarlos si no los vas a usar por un tiempo.
Si notas alguna mancha o derrame sobre la tela, limpia el área sucia con un paño húmedo suave y jabón líquido; deja secar al sol. Retira regularmente el relleno de los cojines que sean removibles para lavar las fundas; asegúrate de revisar en la etiqueta que tipo de lavado requieren -en lavadora o a mano-.
Si la tela está húmeda, sin importar si es debido al clima, a que se encuentra cerca de una alberca o por algún derrame, coloca el mueble al sol para evitar el moho y el olor a humedad que te será difícil quitar más tarde.
Cuidados Generales
Los muebles que se colocan bajo la sombra de un árbol, una sombrilla o una terraza durarán más que aquellos expuestos constantemente al sol.
Si no vas a utilizar tus muebles durante un tiempo largo es mejor que los guardes o los coloques en una zona en la que no les de el sol, para evitar la decoloración o el maltrato del material. La única excepción es la madera, ya que los muebles fabricados con este material necesitan del sol para eliminar la humedad.
Cuando los tengas guardados, asegúrate de que sea en un lugar en donde no haya humedad y haya aire.
Cuando los tengas al exterior, limpia regularmente tus muebles, aunque no vayas a utilizarlos.
Siempre lava de arriba hacia abajo, para evitar escurrimientos que manchen lo que ya lavaste.
Ubicado en la interesantísima colona San Rafael, el Museo Experimental el Eco es uno de los espacios culturales más singulares del país. Fue concebido en 1953 por el artista y arquitecto Mathias Goeritz como un manifiesto de su teoría de la “arquitectura emocional”, en colaboración con el entonces joven arquitecto Luis Barragán. Su objetivo: crear un espacio que provocara emociones, lejos de las normas del funcionalismo moderno.
Más que un museo, el Eco es una escultura habitable. Su diseño irregular, muros inclinados y patios inesperados rompen con cualquier noción convencional del espacio expositivo. Incluso la emblemática jacaranda en el exterior exterior —que en estos momentos esta en flor— se integra como parte esencial del recorrido sensorial que propone el lugar.
Goeritz, figura clave del arte moderno en México, dejó un legado que va más allá de el Eco. Sus vitrales en la Catedral Metropolitana, la Ruta de la Amistad, las torres de Satélite en colaboración con Barragán, o la famosa Serpiente de el Eco son prueba de su profunda conexión entre arte, entorno y espiritualidad. Su pensamiento y obra —profundamente estética, espiritual y libre— han sido una fuente constante de inspiración para Casa Palacio, en donde también entendemos el diseño como una experiencia emocional.
En esta Semana Santa, te invitamos a redescubrir uno de los lugares más visionarios de la ciudad. Una visita a el Eco no es solo un paseo por un museo: es una inmersión en un espacio donde el arte, la arquitectura y la emoción convergen.
Museo experimental el Eco, Sullivan 43, Col. San Rafael,
Ciudad de Mexico, CP 06470
En Casa Palacio nos apasiona todo lo que hacemos. Cada una de nuestras secciones tiene un lugar muy especial: son el resultado de mucha dedicación, gusto y trabajo. Pero, sin duda, una de nuestras consentidas es la mesa. Basta ver nuestra selección de platos, manteles, vasos y… cubiertos. Sí, los cubiertos nos fascinan.
En la mesa, los cubiertos no son solo herramientas: son parte de un lenguaje no verbal que revela educación, seguridad y atención al detalle. Emily Post lo dijo a mediados del siglo XX: “Los modales no se tratan del tenedor correcto, sino de tener consideración por los demás”. Sin embargo, conocer el uso adecuado de cada cubierto puede evitar momentos incómodos y, sobre todo, transmitir elegancia sin esfuerzo.
La regla básica sigue vigente: se come de afuera hacia adentro. Los cubiertos más alejados del plato (como los de la entrada o el pescado) se usan primero, y se avanza hacia los más cercanos al plato principal. El tenedor siempre va a la izquierda del plato, y el cuchillo a la derecha, con el filo hacia adentro.
El protocolo distingue dos estilos principales:
– Estilo americano: se corta la comida con cuchillo en la mano derecha y tenedor en la izquierda, pero luego se cambia el tenedor a la mano derecha para llevar la comida a la boca.
– Estilo europeo o continental: el tenedor permanece en la mano izquierda durante toda la comida. Este último se considera más fluido y elegante.
Qué errores evitar: señalar con el cuchillo o empuñar el tenedor como si fuera una herramienta de jardín.
Saber usar los cubiertos es como hablar un idioma sofisticado sin palabras. Y como todo lenguaje, se aprende, se practica y se disfruta. Porque, al final, la etiqueta no se trata de rigidez, sino de hacer sentir cómodos a los demás —y a uno mismo— en cualquier mesa. Te hemos preparado una selección de algunas de nuestras piezas favoritas de Casa Palacio.
Set de cubiertos de Jean Dubost Laguiole
Set de cubiertos Atria en acero inoxidable de WMF
Set de cubiertos Regata en acero inoxidable de Marine Business
El Museo Franz Mayer presenta 1001 rostros de México. Máscaras de la colección Ruth D. Lechuga, una exposición que revela la riqueza cultural del país a través de una cuidada selección de piezas tradicionales. La muestra reúne alrededor de cien máscaras provenientes del vasto acervo que Lechuga, coleccionista y etnógrafa, reunió entre 1944 y 1999 durante sus viajes por México.
Tlacololero, Nahua, Madera tallada y pintada,
1980, Petlacala, Guerrero
A lo largo de cinco décadas, Lechuga adquirió máscaras directamente de mascareros y danzantes, documentando con su cámara las tradiciones que las acompañaban. Las piezas expuestas, elaboradas en madera, latón, telas, pieles y caparazones, reflejan la diversidad ritual y simbólica del arte popular mexicano. Algunas fueron usadas en danzas propiciatorias para pedir lluvias o buenas cosechas; otras representan animales, personajes festivos o figuras míticas.
Sirena, Mader tallada y pintada, 1974, Guerrero
En Casa Palacio, admiramos el arte popular por su creatividad, belleza y profunda carga cultural. Su riqueza estética y artesanal es una fuente constante de inspiración para el mundo del diseño. Estamos seguros de que esta exposición te cautivará tanto como a nosotros.
Lagarto, Nahua, Madera tallada y pintada, Bandolero Mendoza, 1981, Chapa, Guerrero