Sin duda son las dos exposiciones más importantes del año por la importancia de los artistas, por el logro que supone traerlas a México y por que está rompiendo récords de asistencia; hablamos de “Leonardo Da Vinci y la idea de la belleza” y “Miguel Ángel Buonarroti. Un artista entre dos mundos” que se presentan desde algunas semanas en el Palacio de Bellas Artes.
La simple nombre de estos artistas -indispensables para entender el Renacimiento- bastaría para no perdernos estas muestras, sin embargo, no esta de más recordarte que en ambas encontraremos obras que en muy pocas ocasiones han salido de Italia y nunca habían venido a México: en el caso de Leonardo, la pieza estrella es sin duda el “Códice sobre el vuelo de las aves” (1505) que pertenece a la época en que pintó la Mona Lisa, y que nos muestra la genialidad de su autor: un auténtico renacentista que lo mismo escribía, pintaba o esculpía, que estudiaba la naturaleza.
En el caso de Miguel Ángel, dos piezas hacen que valga la pena la visita: el Cristo portacroce (1514-1516) de más de dos metros que presenta a Jesús de una manera inusual, desnudo; y el David-Apolo (1532-1534). Ambas esculturas, de factura impecable, nos hablan de la maestría del autor de el David.
La buena noticia es que ante el éxito de las exposiciones, el Palacio de Bellas Artes extiende sus horarios: los martes de las 8:00 a las 19:00 horas, miércoles y jueves de las 8:00 a las 21:00, los viernes y sábados de las 8:00 a las 22:00 y los domingos de las 8:00 a las 20:00. Y para disfrutar aún más la visita, recuerda bajar el playlist sugerido por los organizadores.
Por cierto, para complementar –y celebrar- la visita de Leonardo y Miguel Ángel a la ciudad, otros dos museos presentan muestras relacionadas con el período renacentista: “Renacimiento. Influencia imperante en estilos y escuelas europeas. Belleza infinita”, en el Museo de San Carlos y el “Renacimiento en el Mide”, ¡tampoco te las pierdas!
Leonardo Da Vinci y la idea de la belleza
Hasta el 23 de agosto
Miguel Ángel Buonarroti. Un artista entre dos mundos
Hasta el 27 de septiembre
Palacio de Bellas Artes
Av. Juárez, Centro Histórico
Renacimiento. Influencia imperante en estilos y escuelas europeas. Belleza infinita
Hasta el 27 de septiembre
Museo de San Carlos
Puente de Alvarado 50, Tabacalera
Martes a domingos de 10:00 a 18:00 hrs.
El Renacimiento en el MIDE
Hasta el 30 de julio
MIDE
Tacuba 17, Centro Histórico
Martes a domingos de 09:00 a 18:00 hrs.




Si hay un nombre capaz de unir crítica social, elegancia visual y un sentido del humor absolutamente mexicano, es el de Abel Quezada. Considerado uno de los artistas más singulares del siglo XX, Quezada —nacido en Monterrey en 1920— transformó el dibujo, la caricatura política y la ilustración en auténtica crónica cultural. Su trazo limpio y su mirada aguda lo hicieron imprescindible en periódicos como Excélsior, Ovaciones y Novedades, además de llevarlo a colaborar con The New Yorker en los años ochenta.

Autodidacta y siempre curioso, Quezada encontró en las grandes ciudades —sobre todo Nueva York— una fuente inagotable de inspiración: calles caóticas, arquitectura vibrante, personajes diminutos y escenas cotidianas convertidas en poesía visual. Aunque su reputación se consolidó desde el periodismo, su obra pictórica revela una faceta íntima y sorprendente: colores atmosféricos, composiciones sensibles y un ojo atento a lo que define la vida urbana.

Su legado es esencial para comprender la evolución del dibujo y la caricatura en México, desde el humor político hasta la representación moderna de lo cotidiano. Sus personajes —“el tapado”, “la dama de las Lomas”, “Solovino”— forman parte de la memoria colectiva.

Por eso resulta tan relevante la exposición Memorias visuales de Abel Quezada end a galería Proyectos Monclova, una oportunidad excepcional para reencontrarse con su obra desde una perspectiva fresca y contemporánea.

Todas la imágenes: Proyectos Monclova
La muestra estará abierta hasta el 20 de diciembre; quedan pocos días para visitarla. Si te interesa el arte mexicano, el dibujo, la sátira o simplemente disfrutar del genio de un observador único, esta exposición es imprescindible.
Cuando pensamos en decorar nuestra casa, solemos concentrarnos en colores, muebles o tendencias. Sin embargo, existe un principio fundamental que puede definir por completo la armonía de una habitación: el equilibrio visual. Entenderlo —y aplicarlo— es una de las herramientas más efectivas para lograr espacios acogedores, funcionales y estéticamente sólidos.
El equilibrio visual consiste en distribuir los elementos de un ambiente de manera que ninguno “pese” demasiado. No se trata de simetría estricta, sino de crear una sensación de calma y cohesión. Para lograrlo, conviene pensar en el espacio como un conjunto de volúmenes, alturas y texturas que dialogan entre sí.
Un primer paso es observar la habitación vacía e identificar su punto focal: puede ser una ventana, una obra de arte, un sillón, una lámpara escultórica o una mesa con presencia. A partir de ahí, el resto de los objetos deben acompañar ese protagonismo sin competir con él.
También es útil jugar con equilibrios de contraste: si tienes un mueble robusto, complétalo con accesorios más ligeros; si la paleta es neutra, incorpora una pieza con color o textura para evitar la monotonía. Las alfombras, cojines, cerámicas, lámparas y arte —todas categorías presentes en Casa Palacio— son herramientas perfectas para ajustar ese balance sin grandes cambios estructurales.

Por último, recuerda que el equilibrio no significa rigidez. Un espacio bien diseñado debe sentirse natural, fluido y personal. Deja que tus piezas favoritas respiren, combínalas con intención y permítete moverlas hasta que todo encaje. A veces, una pequeña decisión puede transformar por completo la energía de tu hogar.
Visitar el Museo del Palacio de Bellas Artes siempre es un privilegio, no solo por sus exhibiciones, sino por el propio edificio: un ícono art déco y ecléctico cuya arquitectura mezcla mármoles, metales y volúmenes monumentales que cautivan desde el vestíbulo. Sus famosos murales —de Diego Rivera, Jorge González Camarena, David Alfaro Siqueiros y otros grandes— hacen que cada paso sea un viaje por la historia del arte mexicano. Pero esta temporada, hay un motivo especial para regresar: la exposición Lilia Carrillo. Todo es sugerente.

Han pasado más de cincuenta años desde el último homenaje que el MPBA dedicó a Lilia Carrillo (1930–1974), figura clave de la abstracción mexicana. Aunque su carrera fue breve, su obra marcó profundamente la pintura no figurativa del siglo XX. Lejos de etiquetas como “lírica” o “informalista”, Carrillo construyó un lenguaje propio: una reconciliación muy personal entre abstracción y sugerencias figurativas, entre lo consciente y lo intuitivo.


La muestra reúne más de cien piezas —óleos, dibujos, acrílicos, collage y litografías— acompañadas de material documental que revela su faceta como escenógrafa, vestuarista, ilustradora y voz crítica de su tiempo. Organizada en cuatro secciones, la exposición sigue su evolución desde los primeros años figurativos hasta sus obras finales, vibrantes y llenas de gestualidad. Destacan diálogos visuales con artistas europeos exiliados como Alice Rahon y Wolfgang Paalen, así como piezas donde la artista explora la naturaleza, los estados interiores y problemáticas sociales como la contaminación y el deterioro ecológico.

Imágenes: Museo del Palacio de Bellas Artes
Lilia Carrillo. Todo es sugerente es una invitación a redescubrir a una creadora imprescindible en un entorno que por sí mismo inspira. Una visita obligada antes de su cierre.
Museo del Palacio de Bellas Artes -Hasta el 8 de enero de 2026
Hay libros que se disfrutan página a página y otros que también transforman un espacio. Aspen Style de Assouline pertenece a ambas categorías: es una invitación a explorar uno de los destinos invernales más emblemáticos del mundo y, al mismo tiempo, un objeto que aporta carácter a cualquier mesa de centro o biblioteca.
Aspen, hoy sinónimo de nieve, cultura y estilo de vida sofisticado, comenzó como un pequeño pueblo minero. Con el tiempo se convirtió en refugio de escritores, músicos, empresarios y viajeros que encontraron en sus montañas algo más que un destino de esquí. Aspen Style recorre esta historia a través de imágenes actuales y de archivo, mostrando hoteles históricos, arquitectura icónica y rincones que revelan la esencia del lugar. La introducción de Aerin Lauder aporta una mirada íntima que enmarca el espíritu de la comunidad.
En sus páginas conviven interiores cálidos, paisajes nevados y detalles que definen la estética alpina contemporánea. Es un libro ideal para inspirarse antes de un viaje, para descubrir nuevas ideas de decoración invernal o simplemente para disfrutar del encanto visual que Assouline domina tan bien.
Como regalo, funciona para quienes aman el invierno, la montaña o el diseño; y como pieza decorativa, aporta presencia y un toque editorial a cualquier sala. Aspen Style es una forma sencilla de traer un poco del ambiente de Colorado a casa, incluso si la nieve queda lejos.
Ven a Casa Palacio y descubre en nuestra biblioteca la colección Assouline.